Redondela creará una bolsa de viviendas sociales con inmuebles que se encuentran actualmente desocupados. Esta iniciativa, impulsada por la Consellería de Infraestruturas e Vivenda, pretende facilitar el acceso a una casa a aquellas personas y colectivos que se encuentran en situación de mayor vulnerabilidad.

El Concello redondelano ha sido uno de los primeros municipios en solicitar su adhesión al Programa de Vivendas Baleiras de la Xunta, después de que el pasado 3 de mayo se firmara con la Federación Galega de Municipios e Provincias (Fegamp) el convenio para su desarrollo. Este acuerdo tiene como objetivo facilitar el acceso a una vivienda a aquellas personas y colectivos que, por circunstancias económicas, personales o familiares, carecen de recursos que les permita tener un hogar.

El alcalde de Redondela, Javier Bas, confirmó la adhesión a este programa el pasado día 8 durante una visita a la villa de los viaductos de la conselleira de Infraestruturas e Vivenda, Ethel Vázquez, que explicó que este convenio fija un precio máximo de la renta del alquiler -de 300 euros-, y la cuantía estará determinada por las características de la propia vivienda y por las circunstancias particulares de los beneficiarios. En todo caso, se trata de que el alquiler resulte atractivo y de interés, tanto para el arrendador como para el arrendatario.

Doble seguro

Las viviendas que se incorporan a este programa estarán doblemente aseguradas por la Xunta, ya que financian un seguro multirriesgo del hogar y un seguro de garantía de cobro de la renta, con asistencia y defensa jurídica, para dar seguridad y una tranquilidad a los arrendatarios, unas medidas con las que se pretende ofrecer garantías y blindar al propietario.

Según informó el departamento de la Xunta en este momento son 36 los municipios de Galicia que ya han solicitado formalmente su adhesión al Programa de Vivendas Baleiras -cuatro de ellos del área de Vigo- y otros 19 pidieron información previa.

Esta iniciativa de la Consellería de Infraestruturas e Vivenda pretende una utilización más racional del parque de viviendas existente en la comunidade, puesto que rescata los inmuebles desocupados para poder destinarlos a alquiler social, ofrece garantías a los arrendatarios y, lo más importante, acerca soluciones a las personas y familias en riesgo de perder su hogar.