La situación económica no solo obliga a la protectora a suspender la retirada de animales abandonados, sino también a trasladar su refugio por segunda vez en siete meses. Desde enero, el colectivo cuida a los perros con más dificultades para encontrar una familia, actualmente siete, en una finca privada en Vilaza que encontró gracias a la mediación del alcalde de Gondomar, Francisco Ferreira.

Según afirma Tatiana Álvarez, el regidor se había comprometido a asumir el alquiler del espacio pero no cumplió. Ferreira lo niega. Asegura que ofreció al colectivo firmar un convenio por el que el Concello le concedería una subvención de entre 1.000 y 1.500 euros a cambio de su labor, que se complementaría con charlas de sensibilización en los colegios. Pero para ello, recalca el alcalde, "debemos esperar a que se incorpore a interventora -de baja- en agosto para definir o acordo". En todo caso, Ferreira recuerda que el Ayuntamiento gondomareño colocó alumbrado junto al recinto y un contenedor, además de asumir los gastos de una reciente master class de zumba para recaudar fondos para sus tareas.

Bai.Senpulgas pagará en cuanto le sea posible las cuotas que debe del alquiler, pero ha decidido trasladar el refugio a otro terreno en mejores condiciones ubicado en Peitieiros. Se trata de una instalación habilitada para el cuidado de caballos, con vallas perimetrales y construcciones adecuadas.

Mientras tanto, la sociedad animalista acusa al presidente de la Mancomunidade do Val Miñor, Juan González, alcalde de Nigrán, de haber prometido dotar de suministro de agua y luz a la parcela de Vilaza. Cuestión que el regidor nigranense también desmiente. "O único que lles ofrecimos desde a Mancomunidade hai un mes nunha reunión foi estudiar a posibilidade de chegar a algún acordo con eles para que recollesen os animais abandonados, sempre que xustificasen a súa labor e o cumprimento da normativa ao respecto con documentos e presentasen una proposta. Pero aínda non o fixeron", argumenta.