El redondelano Alberto Santos González, a sus 24 años, será a partir de mañana el cura más joven de la Diócesis Tui-Vigo tras su ordenación en una ceremonia presidida por el obispo Luis Quinteiro Fiuza. El acto de ordenación del presbítero se celebrará a las 18.00 horas en la catedral de Tui. Santos González ingresó en el Seminario Mayor de Vigo en 2009 una vez concluidos sus estudios de bachillerato y fue nombrado diácono el 28 de junio de 2015. Hasta el momento ha ejercido el ministerio diaconal en la parroquia de San Miguel de Bouzas.

-¿Cómo le llegó la vocación para dedicar su vida a la Iglesia?

-Fue sin darme cuenta, poco a poco. Con 12 años comencé de monaguillo ayudando en la parroquia y a los 17, cuando acabé el bachillerato, el párroco de Redondela, Benito Estévez, me comentó la posibilidad de ir al seminario. No tenía muy clara la vocación, pero Dios le marca a cada uno su camino.

-¿Qué dijeron su familia, amigos y entorno cercano?

-Pues fue una sorpresa para todos. A muchos les extrañó la decisión porque en estos tiempos es llamativo que un joven quiera dedicarse al sacerdocio, pero recibí la llamada de Dios y cuando eso llega siempre sabes lo que tienes que hacer.

-¿Qué es lo que cree que va aportar como sacerdote?

-Pues es una gran responsabilidad y voy a entregarme a ello por entero. Mi objetivo es ayudar a todo aquel que lo necesite y llevar a Cristo a todas las almas, que es la principal misión de todos los sacerdotes.

-¿Cree que es necesaria más juventud en las iglesias?

-Por su puesto que es necesaria la presencia de gente joven, porque sin juventud la Iglesia se acabaría. Hace poco unos estudiantes polacos que estaban en Vigo de Erasmus se sorprendieron porque no veían a jóvenes en las iglesias, y los españoles que fueron a Polonia también se sorprendieron por lo contrario, porque en las iglesias todos eran jóvenes. Yo creo que lo mejor es que haya un poco de todo, que participen jóvenes y mayores.

-¿Por qué hay tan poca vocación religiosa en los jóvenes?

-Creo que la juventud actual está olvidada de los valores, y eso es lo que hay que recuperar. La gente no conoce bien la Iglesia ni su función. Ser cristiano es celebrar la vida, y la Iglesia siempre está presente en los momentos difíciles, ayudando y colaborando en todo lo que la gente necesita. Para mí el sacerdocio es una manera de ser feliz ayudando a los demás.

-Parece que el Papa Francisco está consiguiendo un mayor acercamiento de la Iglesia a la gente.

-Ha logrado algo que ya hizo antes Juan Pablo II, que es una mayor cercanía a todo el mundo, que es una parte muy importante del sacerdocio. Los fieles tienen que vernos como personas cercanas, y eso refuerza la confianza.