El navegante Vital Alsar, ayer, en Baiona. // José Lores

El mar no tiene secretos para Vital Alsar, navegante cántabro afincado en México que en los 70 cruzó varias veces el océano Pacífico en una balsa sin motor. Fue con estas "aventuras" con las que Vital Alsar descubrió que "no existe el peligro", sino "solo el miedo", del que aconseja "liberarse" para "sobrevivir". Pacifista declarado, ayer hizo su cuarta visita a Baiona, con su familia, tras la que realizó en 2009 a bordo del trimarán Zamná, con recorrió el mundo para promover la paz.

Vital Alsar hace honor a su nombre, el que le dieron sus padres hace 83 años en su Santander natal sin saber que aquel niño que asomaba su mirada asustada entre las "faldas negras" de su abuela ante el drama cotidiano de las gentes del mar iba a ser capaz, con 33 años, de cruzar el oceáno Pacífico sin motor ni timón. Navegante, aventurero, investigador, pacifista... las etiquetas se agotan sin dar idea de la personalidad que se oculta tras el profesor mercantil que en 1966 decidió plantarlo todo y perseguir su sueño científico y pacifista, alcanzado con creces en los 70 junto a otros 12 hombres tras 561 días de navegación en balsa y con un trapo blanco como única bandera.

Su experiencia vital y su lúcida visión del mundo y del ser humano dejaron huella ayer en Baiona, donde fue recibido en el Ayuntamiento y visitó la Casa Museo de la Navegación. Fue su cuarta visita a la localidad -esta vez en viaje de placer y acompañado por su familia- tras las que realizó en 1988 y 1992 a bordo de La Marigalante, réplica de la malograda nao Santa María en la que Colón viajó por primera vez a las Indias.

Alsar recalaría de nuevo en el puerto baionés en 2009 como capitán del ZamnáZamná, un trimarán construido artesanalmente en México y con el que cruzó al Atlántico para recorrer la costa europea, desde Santander hasta el puerto ateniense de El Pireo "en nombre de la paz".

Fue en una de estas visitas a la villa real cuando a Vital Alsar le descubrieron que en Baiona "murió el primer indígena llegado del Nuevo Mundo", un hecho que ha grabado a fuego en su memoria la bahía baionesa y el lugar destacado que, a su juicio, debe ocupar la localidad en la historia.

Pero el verdadero mérito que lleva a sus espaldas este navegante español afincado en México que gusta de definirse como "ciudadano del mundo" es el de cruzar el Pacífico en una embarcación sin motor ni timón, "recuperando el modo de navegación de miles de años atrás". Le inspiró la hazaña del explorador noruego Thor Heyerdahl, que a bordo del Kon-Tiki, alcanzó la Polinesia desde Sudamérica en 1947.

Fascinado por aquel hito e impulsado por la necesidad de "hacer algo" que evitase las muertes en el mar que presenció de niño en el barrio santanderino de Puertochico, Vital Alsar se lanzó en una aventura científica que acabó convirtiéndose en un canto al pacifismo.

"Reuní a 12 hombres de ocho nacionalidades y les instruí para hacer un homenaje al ser humano por la paz. Con las balsas íbamos a demostrar que no había fronteras ni nacionalidades y que, además, un náufrago no está condenado, sino que puede sobrevivir y salvarse", explicó.

No fue una sola expedición, ya que la primera, en 1966, no llegó a completar su recorrido entre Ecuador y Australia debido a un naufragio a los 143 días. Sí lo lograron en 1970 y de nuevo en 1973, viajes en los que la tripulación descubrió que, contradiciendo todos los manuales de salvamento, "un ser humano puede sobrevivir solo con agua de mar entre tres y cuatro semanas " y, lo más importante, "que el peligro no existe cuando el motor que llevas dentro te permite echar a un lado el miedo".

Tras tantos viajes y momentos difíciles, a sus 83 años, dice, "navego en los libros", ya ha escrito tres y prepara el cuarto, "porque el que hace una cosa tiene que hacerla para los demás".

Hombre de mar, Vital Alsar cree que la navegación "te ofrece la posibilidad de pensar, de reflexionar y de encontrarte", lo que no ocurre en tierra, mantiene, "donde están continuamente construyendo tu camino". "El premio es la libertad y yo en mi vida me he propuesto ser libre", concluyó.