Los apicultores utilizan en la actualidad tres tipos de trampas para cazar avispas asiáticas y otros tres tipos de sustancias que actúan como cebo. Dos de laboratorio y una casera, elaborada con cerveza negra, vino blanco azúcar y zumo de arándano, "a que mellor funciona", según José Ramón Suárez.

El apicultor ensaya en sus colmenas de Sabarís un nuevo tipo de trampa recientemente ideado. Se trata de una especie de jaula de aluminio a colocar ante los accesos de abejas a sus panales que deja a las invasoras a unos 50 centímetros. Hasta ahora las avispas se colocan en la entrada, de manera que las productoras de miel se quedan dentro atemorizadas y acaban muriendo de inanición. "Dinnos que desta maneira as abellas poden saír sen que as velutinas se percaten", explica.