Los usuarios del paseo litoral baionés se vieron ayer sorprendidos por el cierre de parte de su trazado. La medida, que afecta al tramo de la pasarela de madera situado sobre la playa de A Ladeira, fue adoptada por el Concello con el objetivo de acometer a partir del próximo lunes obras de refuerzo de la estructura, que presenta signos evidentes de deterioro a pesar de los arreglos puntuales realizados desde su construcción a finales de los años noventa.

La edil de Medio Ambiente, María Iglesias, reconoció ayer la urgencia con la que es preciso acometer estas tareas de mantenimiento, "presupuestadas y pendientes de ejecución desde hace un mes", indicó. Con ellas, apuntó la concejala, se pretende "garantizar la seguridad" de los usuarios del paseo, sobre todo después de que una niña de ocho años resultase herida leve al colársele una pierna entre los tablones, agrietados e inestables por efecto de la humedad, la erosión del mar y el paso del tiempo.

En todo caso, Iglesias insiste en que la solución definitiva deberá pasar por una "reposición integral" de la senda peatonal en esta zona. De hecho, la Dirección General de Costas, propietaria de la instalación, "ya trabaja en la redacción de un proyecto definitivo" para sustituir la estructura dañada, apuntó Iglesias, que confía en que esté listo "lo antes posible".

Mientras se ultima este proyecto de rehabilitación, el gobierno local asumirá el mantenimiento del tramo vallado ayer por la Policía Local, una actuación que previsiblemente consistirá en el apuntalamiento de la pasarela para corregir los abombamientos que presenta y evitar que las maderas cedan al paso de los viandantes, señaló la edil de Medio Ambiente.

Sin embargo, esta actuación no es la única prevista por el Concello baionés en el paseo litoral. En las próximas semanas, una vez afianzada la estructura situada sobre A Ladeira, se llevará a cabo la sustitución de 80 tablones dañados en el tramo situado frente a la gasolinera de Santa Marta, avanzó ayer María Iglesias.

El Concello trata así de mejorar el estado de conservación de un paseo emblemático en la localidad y que fue construido hace casi dos décadas. Por él transitan de forma habitual decenas de personas, pero es sobre todo durante los meses de verano cuando se convierte en un reclamo para centenares de vecinos y visitantes.