El paisaje de Praia América ha vuelto a cambiar. La desembocadura del río Muíños ha dado un nuevo giro en los últimos días y se ha desviado hacia Monte Lourido. Las mayores beneficiadas de este nuevo capricho de la naturaleza parecen las dunas. Después de haberles comido terreno durante los primeros meses del año y abrir un talud en su suave ladera hacia el mar, el cauce se ha apartado unos metros y ha dejado de impactar directamente sobre ellas. Ahora dibuja un nuevo meandro hacia la orilla.

La modificación alerta tanto al gobierno municipal como a los autores del proyecto de regeneración del río, el equipo capitaneado por el arquitecto Ángel Santorio y el ingeniero forestal experto en sistemas hidráulicos Javier Santiago. Ambos estudian ya las causas de este nuevo comportamiento del cauce. Sus hipótesis se centran por el momento en el "desequilibrio" que sufre a consecuencia de laspresiones urbanísticas de las últimas décadas como los asent amientos poblacionales y el parque empresarial Porto do Molle. "El río está en constante proceso de cambio porque no es capaz de disipar la energía hidráulica que acumula a lo largo de su curso y se va alterando con un proceso de migración de las riberas", explican.

El impacto humano sobre el cauce apenas era perceptible cuando los expertos del estudio Santorio Arquitectos iniciaron el trabajo. "Pero ahora ya se hace patente con estas alteraciones", indican. Así que esta última modificación del curso supone "un claro aviso de la urgencia de iniciar la intervención", recalcan. El proyecto, pendiente de los últimos informes técnicos municipales para su licitación por 500.000 euros, prevé charcas artificiales de drenaje en el polígono y bandas de vegetación y de madera para frenar la velocidad del agua y consolidar el terreno en los tramos de ribera más erosionados, entre otras actuaciones.