Pernoctar en el faro de cabo Silleiro, con una ubicación privilegiada a 85 metros sobre el nivel del mar, podría ser pronto una experiencia al alcance de cualquiera si prospera el plan del Concello de Baiona, interesado en que la instalación, aún en uso y en propiedad de Puertos del Estado, sume a su función actual la de hospedería y se haga un hueco entre los atractivos turísticos de la localidad

Para lograrlo, el alcalde baionés, Ángel Rodal, mantuvo esta semana una primera reunión con el presidente de la Autoridad Portuaria de Vigo, Enrique López Veiga, al que transmitió la intención del Ayuntamiento de "conservar y acercar a la sociedad" unas instalaciones que son ya "emblemáticas" en la zona, un "plan ambicioso", explica el regidor, que "respetando el valor patrimonial" de las edificaciones, sería un elemento "dinamizador" para el turismo.

No es la primera vez que el Concello apuesta por el aprovechamiento del faro como alojamiento turístico, puesto que hace unos años se planteó su reconversión en albergue juvenil e incluso de peregrinos, aprovechando el paso del Camino Portugués po la Costa. En todo caso, ninguna de las dos opciones prosperó.

Ahora, la pretensión del consistorio se centra en el faro moderno, de 1924, que se conserva en buen estado y cuenta con espacio suficiente (700 m2) para compatibilizar las dependencias técnicas con los alojamientos turísticos y una zona de museo (con piezas y material histórico del faro), que actualmente ocupa varias salas de la primera planta. El Concello quiere abrir al público de forma permanente este pequeño museo al que hoy en día solo es posible acceder en grupos cerrados con visita concertada previamente.

Pero la propuesta municipal planteada al Puerto de Vigo no olvida tampoco el antiguo faro, una instalación más pequeña y ya abandonada, que este año cumple 150 años. La rehabilitación de sus 150 m2 permitirían disponer de un espacio al que podrían darse diversos usos.

Para poder llevarlo a cabo, el plan municipal podría enmarcarse en la iniciativa "Faros de España", puesta en marcha por Puertos del Estado con el apoyo del Ministerio de Fomento. Esta línea de actuación impulsada por el Gobierno ya autorizó en Galicia hace casi un año la reconversión en hotel del faro de Isla Pancha, en la localidad lucense de Ribadeo.

Tanto el baionés, como este anterior de Ribadeo, forman parte de la red de faros española, que en la actualidad cuenta con un total de 187 instalaciones. De ellas, medio centenar ya tienen ahora usos alternativos al de meras señales lumínicas y se emplean, por ejemplo, como centros de interpretación de la naturaleza, salas de exposiciones o establecimientos hosteleros, haciendo compatible así su utilidad técnica con su aprovechamiento social.

Batería militar

A este proyecto, aún en fase muy inicial, advierte el Concello, podría sumarse en el futuro otro más ambicioso en la misma zona, la recuperación de la antigua batería militar. Según fuentes municipales, el proyecto de los faros podría reactivar las negociaciones del Ayuntamiento con el Ministerio de Defensa para "cerrar la reversión de los terrenos", con una superficie total de144.000 metros cuadrados en donde se conservan más de 200 metros de galerías subterráneas. Aunque hay un proyectos para recuperarlo como hotel, también podría mantenerse como espacio medioambiental.