Los trabajos nocturnos en las obras de ampliación de la autopista AP-9 en Chapela han generado malestar entre los residentes de los barrios de Cidadelle y Río Frío, que aseguran que los ruidos les impiden conciliar el sueño. En las últimas dos semanas aseguran que las labores nocturnas se han intensificado y varias jornadas se han prolongado hasta las cuatro de la madrugada. Las mayores molestias se deben al ruido de los motores de la maquinaria y, sobre todo, a las labores de carga y descarga de las piedras de gran tamaño que trasladan en camiones.

El gobierno local reconoció ayer que han recibido las quejas de los ciudadanos y ya han comunicado a las empresas que ejecutan las obras la prohibición de trabajar por las noches para preservar el derecho al descanso de los residentes. En este sentido advierte que se realizará un seguimiento y se establecerá un control por parte de la Policía Local para impedir que se realicen labores fuera del horario permitido. Cabe destacar que Redondela cuenta con una ordenanza municipal contra la contaminación acústica que prohibe las obras nocturnas de 22.00 a 8.00 horas y establece como falta muy grave su incumplimiento.

Desde la asociación de afectados por la ampliación de la autopista, Francisco Puch -uno de sus portavoces- afirma que esta cuestión ya se trató en distintas reuniones de la comisión de seguimiento, "aunque hasta ahora no se está cumpliendo, como demuestran las quejas de los vecinos". En este sentido afirma que los residentes les han trasladado en varias ocasiones las quejas por los trabajos nocturnos, "pero parece que las empresas tienen la consigna de acelerar el ritmo de la obra y hacen lo que les parece", señala.

Dos de los vecinos de la zona de Cidadelle, Honorio Fariñas y Manuel Barciela, aseguran que algunos días las labores se mantienen hasta las cuatro de la madrugada y denuncian que, cuando acude la Policía Local a parar los trabajos, vuelven a funcionar en cuanto la patrulla se marcha.