El mejor mirador de la Ría de Vigo, situado en la cima del monte de Cedeira, ya vuelve a tener su famoso banco para disfrutar de las vistas. Después de su misteriosa desaparición a principios de mes, unos vecinos de la zona consiguieron localizarlo en varios trozos esparcidos por las inmediaciones. Tras un laborioso trabajo de rehabilitación y reforzar de su estructura con barras metálicas, el pasado lunes lo colocaron de nuevo en su sitio. La popular silla vuelve a presidir desde entonces la impresionante atalaya, sobre una roca de granito en el lugar conocido popularmente como "Campo da Rata", que en pocos meses se ha convertido en uno de los principales atractivos turísticos de Redondela.

Una de las personas que colaboraron en la restauración del banco, Iván Castro, lamenta que existan personas que se dediquen a destrozar "algo que no hace ningún daño ni causa ningún impacto ambiental", y que encima ha servido para atraer a mucha gente a la zona para disfrutar de las vistas y del monte. "No entendemos a quién puede molestarle, nos parece una iniciativa original y muy positiva, por lo que no permitiremos que se pierda", apunta. Iván, junto a un grupo de amigos, también reparó la silla en el último ataque sufrido a finales del pasado mes de enero. En aquella ocasión, la persona que lo despeñó por las rocas le serró las patas, por lo que fue necesario rehacerlas. "Este debe ser el único banco de toda Galicia que rompen de manera continua, pero nosotros seguiremos arreglándolo porque todo el mundo tiene derecho a disfrutarlo y ya es como un símbolo de la parroquia. El otro día cuando lo instalábamos toda la gente que acudió a la zona nos animaba. A todo el mundo le gusta".

Estructura metálica

En esta ocasión, los encargados de su rehabilitación han reforzado la estructura de madera con un armazón de metal, por lo que será más difícil que vuelvan a romperlo. "Esperamos que resista más, porque esto no es cosa de una gamberrada de chavales, es alguien que no lo quiere por alguna razón y lo destroza con premeditación, puesto que acudió a la zona con una sierra para recortar las patas. Está claro que el que fuese tiene una fijación con esta silla, porque no es normal que en tan poco tiempo la destrozaran dos veces", apunta Iván.

El pequeño banco de madera fue instalado en la zona a finales del pasado mes de agosto por un carpintero de la parroquia vecina de Trasmañó, José Francisco Peixoto, inspirado en el éxito que logró uno similar ubicado en la costa de Loiba, en Ortigueira (A Coruña). El boca a boca y las redes sociales popularizaron en poco tiempo la silla redondelana convirtiéndola en un reclamo turístico, transformando el recóndito paraje en los últimos meses en un continuo ir y venir de visitantes.