Chelo Fortes y Manolo Cid son los vecinos de Cans que este año la organización del festival de cortes homenajearán con la entrega del galardón "Chimpín de Prata - Premio Pepe Puime". Personas anónimas de la parroquia, forman parte del entramado vecinal que hace posible el éxito del festival de cine del "agroglamour".

Su historia con el festival de Cans es fascinante. Son propietarios de una casa céntrica, ubicada al lado de la rotonda, donde tienen el corral de sus gallinas y una plantación de cepas de 3.000 metros, y durante el festival dedican parte de su finca a una especie de zona VIP de los artistas, directores y equipos invitados.

"Por aquí pasan todos los artistas que vienen al Festival", señala orgulloso Manolo Cid.

El trato es cordial, un hecho que les ha permitido conocer de cerca a los "famosos" que han pasado por Cans y tratarlos como "uno más de la familia" .

En una ocasión cuentan con Luis Zahera, al que identifican como Petroleo, el personaje que le hizo famoso en Galicia, pidió que le dejasen probar una gallina que tenían preparada para su cena y tanto le gustó que poco a poco se la comió toda, diciendo que buena está. "Para que le perdonasen haberse comido el ave se comprometió a llevar a Chelo y otras vecinas admiradores, unas veinte, que estaban, al programa Lúar, pero no cumplió su palabra", asegura entre bromas Manolo Cid.

Por su casa paso el Gran Wyoming "que se es una persona muy correcta y educada", asegura Chelo, al igual que Luis Tosar "que, como todos, son correctos y educados".

Mucha y Suso da Carreira, que ya cuentan con el galardón del chimpín de plata, opinan lo mismo que sus vecinos, aunque Mucha apunta que "de noite cambian un pouco", en alusión a la diversión que se vive en horas nocturnas en el Festival de Cans.

"Cans se hizo muy grande desde que existe el festival", apuntan. "Da mucha vida a toda la comarca, y Cans no era conocido en ningún sitio y ahora somos conocidos en el mundo entero", añade.

Chelo y Manuel no contaban con el premio este año y están muy agradecidos por la distinción. "Pensábamos que no estábamos tan apreciados, y estamos muy agradecidos por este honor y continuaremos aportando lo que podamos para que el Festival siga siendo una realidad", aseguran.

Ambos explican, como otros vecinos, que en el momento de iniciarse el proyecto decidieron apostar y colaborar "y fue algo muy positivo, y estamos muy satisfechos por haberlo hecho, no estamos arrepentidos, estamos orgullosos, al contrario... Incluso le hemos ofrecido la casa", recalcan.

Añaden que con motivo del certamen vienen sus amigos a comer "lo vivimos como si fuera la fiesta de la parroquia, igual nos juntamos 60 o 80, solo familiares y amigos nuestros... Durante los cuatro días del festival esto es una gran fiesta" dice Manuel.