Garantizar la asistencia sanitaria a los vecinos durante los seis años de construcción del nuevo ambulatorio ha supuesto al Concello el desembolso de algo más de 124.000 euros, cómputo total de las mensualidades de 1.700 euros abonadas al propietario del bajo al que, en marzo de 2010, se trasladaron las consultas.

El Ayuntamiento preveía inicialmente pasar la factura del arrendamiento al Sergas, sin embargo su petición, realizada en 2011, cayó en saco roto y durante este tiempo ha tenido que asumir su coste.

La mudanza provisional ya suponía un avance en la calidad asistencial, debido a las malas condiciones en que se hallaba el antiguo centro de salud. En todo caso, personal y pacientes han criticado durante este tiempo la falta de espacio en el local, que obligaba en ocasiones a atender las urgencias en un almacén.