La comarca miñorana arrancará la temporada alta hasta la bandera. Las previsiones meteorológicas para la Semana Santa parecen tan optimistas como el sector hostelero de Baiona y Nigrán. Los hoteles esperan colgar el cartel de completo ante la positiva evolución de las reservas y los negocios de restauración y comercios cuentan con una frenética actividad a base de visitantes de un día.

El mayor entusiasmo se percibe en Baiona. Tras una Festa da Arribada con resultados económicos razonablemente positivos pese a los chubascos que acompañaron las celebraciones, los hosteleros esperan una actividad frenética para los festivos que se avecinan. El vicepresidente de Aceba, Pedro Villamarín, tiene claro que los hoteles de la villa rozarán el 100% de ocupación. "Están ya al 85% Viernes Santo y sábado", asegura, por lo que confía que la demanda de última hora acabe por llenarlos. Prueba de ello es que ya empezaron a vender alojamientos hace un mes y todavía no han registrado cancelaciones, explica, como ocurre casi todos los años conforme se acercan las vacaciones y varían las predicciones del tiempo.

Las cifras de este fin de semana se plantean ya esperanzadoras, puesto que la mitad de las 500 plazas hoteleras que ofrece Baiona ya tienen clientes.

Nigrán confía en disparar la ocupación de sus 300 plazas hoteleras en los próximos días, aunque el porcentaje del 55% alcanzado hasta la fecha ya se percibe como buen augurio. Así lo asegura Darío Álvarez, presidente del Centro de Iniciativas Turísticas (CIT) Val Miñor. El experimentado hostelero espera superar la Semana Santa con "resultados positivos" porque en los últimos años "la gente espera a última hora y organiza estancias más cortas". Aunque lamenta que los alojamientos locales han tenido que bajar los precios casi a la mitad desde el comienzo de la crisis, muestra esperanzas de cubrir el expediente con turistas de uno o dos días.