El nuevo tramo del paseo fluvial por el río Maceiras no ha durado ni quince días. Después de que a principios de mes rematasen las obras de la segunda fase, en la que se amplió con el trazado de más de medio kilómetro entre Fortóns y Ameal, la última crecida del río de los días 12 y 13 redujo a escombros la senda peatonal. La zona se encuentra desde entonces cerrada al público, al desaparecer por completo el firme de zahorra compactada, y su reparación no se prevé hasta la próxima primavera.

El departamento de Augas de Galicia -organismo dependiente de la Consellería de Medio Ambiente- realizará en los próximos días una limpieza del cauce para tratar de evitar que se vuelvan a desbordar las aguas, aunque desde el gobierno local reclaman una actuación más ambiciosa que contemplaría un dragado del río para aumentar su capacidad, sobre todo en los puntos conflictivos, como el tramo urbano del Salgueiral.

El concejal de Medio Ambiente de Redondela, Miguel Ángel Álvarez, considera que la ampliación del cauce del río requiere de un estudio en profundidad de la cuenca fluvial para analizar las causas que provocan los desbordamientos y buscar soluciones. "La avalancha de lodos por la ruptura de una balsa de agua en Negros fue un tema puntual, pero hay muchos otros condicionantes que se deben tener en cuenta como las aguas procedentes del aeropuerto o del túnel del AVE, los puentes que hacen de tapón a lo largo del cauce, el tramo subterráneo en el casco urbano o los árboles que invaden el cauce, entre otros", apunta Álvarez.

Respecto a la reparación del paseo, el edil explica que todavía deben realizar un estudio con la valoración de los daños y gestionar la dotación de ayudas con otras administraciones, por lo que los trabajos no se iniciarán a corto plazo. "Intentaremos comenzar en abril para que pueda estar listo para finales de la primavera, aunque todavía es pronto para cualquier previsión", apunta. Además valora replantear la actuación para dotar el firme del sendero con un material más resistente a la acción del agua que sea compatible con el entorno natural y paisajístico.