Los desprendimientos ocasionados por el temporal dejaron sobre la calzada de la carretera que une Baiona y A Guarda por la costa, la PO-552, una piedra de unos 600 kilos. Cayó en torno a la 1.30 horas de la madrugada de ayer en medio de los dos carriles de circulación y sus dimensiones, de un metro de alto por 50 centímetros de ancho, obligaron a señalizar el vial para evitar accidentes. Efectivos del GES Val Miñor se encargaron de dicha tarea. Horas después, operarios del servicio de Conservación de Carreteras retiraban la roca.