Tras dos plenos extraordinarios con un único punto a debate y una ruptura de gobierno de por medio, el Concello de Gondomar nombró ayer a su juez de paz. Será Manuel Rodríguez, el mismo que venía ocupando el cargo en los últimos cuatro años, pero esta vez su designación alcanzó el consenso necesario. El nuevo bipartito salvó así su primera sesión plenaria en minoría y el asunto contó con diez votos a favor. Los de sus siete integrantes, cuatro del PSOE y tres de Manifesto Miñor, y otros tres de IxG en la oposición. Sus exsocios de CABE se abstuvieron, al igual que lo hizo el PP.

No hubo debate ante la propuesta del alcalde, Paco Ferreira, que después de plantearla de forma unilateral en la última convocatoria y desatar la polémica en el seno del gobierno que puso la guinda a meses de conflicto con CABE, contó esta vez con el respaldo necesario.

Las críticas de la formación le llegaron por otro pleno, el de la Mancomunidad de Vigo, que se celebró también ayer. El edil Josué Villar aseguró no haber sido notificado a través del Concello pese a formar parte del organismo y acusó al regidor de ocultarle la convocatoria por haberse marchado del gobierno.