Los guardapescas de la Cofradía de Pescadores A Anunciada de Baiona aseguran que su trabajo de vigilancia de la costa y lucha contra el furtivismo se ve coartado por la "persecución", "acoso" y hasta "amenazas de muerte" que reciben de un único "furtivo reincidente", al que han denunciado ante la Xunta varias veces por extracción ilegal de percebe y con el que se cruzan demandas judiciales desde hace años.

Quien más perjudicado se siente por esta situación, derivada, dicen, del "estricto" cumplimiento de su trabajo, es Xosé Lourenzo, jefe del equipo de vigilancia, que ha visto denegada por la justicia "hasta en tres ocasiones" su petición de una orden de alejamiento del percebeiro ilegal, que identificó como A.R.P., vecino de Bouzas.

"Amenaza con pegarme, matarme e incluso me intimidó dos veces con un fusil de pesca", apuntaba ayer Lourenzo, que dice temer por su integridad física y la de su familia desde que, a principios de enero, una ventana de su casa recibió una pedrada. A este episodio, de autoría desconocida, le ha seguido hace unos días, el 28 de enero, un nuevo encuentro violento con el presunto furtivo tras el que ambos volvieron a cruzarse denuncias ante la Guardia Civil.

Lourenzo asegura que, tras perseguirle en coche desde Santa María de Oia, el percebeiro se bajó en Baiona con un palo de casi dos metros y golpeó con él su coche, reventando un cristal y un espejo retrovisor y causándole varias heridas. "Te voy a matar y a dar la vuelta a la cabeza como a un pulpo", asegura que le espetó el presunto agresor, que acudió a su vez al cuartel para denunciar un supuesto intento de atropello por parte del vigilante.

El jefe de los guardapescas cree que el detonante de este nuevo choque, que se dirimirá en el juzgado el próximo 19 de febrero, fue una sentencia dictada a principios de enero contra el presunto furtivo, "condenado a pagar una multa de 240 euros por un delito leve de amenazas", proferidas contra el vigilante tras decomisarle, el pasado septiembre, "1,2 kilos de percebe que había tirado al mar", así como parte del material de trabajo.

Los vigilantes creen que hasta el momento el presunto furtivo ha conseguido esquivar a la justicia declarándose "insolvente". Además, asegura Lourenzo, "se gaba de padecer esquizofrenia" y esgrime esta enfermedad como posible eximente. El jefe del equipo de guardapescas dice que llegó a escucharle: "Dejo de tomar el tratamiento una semana, estoy dos años en el psiquiátrico y tú estás muerto".