Los 170 alumnos y 18 profesores del colegio Serra de Vincios se enfrentan cada día a los peligros del caos de tráfico que se genera en las inmediaciones del centro en torno a las 9.00 de la mañana y a las 14.00 de la tarde. Los riesgos de atropello coinciden con los momentos de entrada y salida y se ven acentuados por dos factores, según denuncian numerosos padres. Por un lado, la dirección restringe desde este lunes el acceso rodado a las familias al recinto escolar y, por otro, el entorno carece de aceras y aparcamiento para dejar y recoger a los niños con seguridad.

Hasta esta semana los progenitores podían entrar en el estacionamiento de la escuela, pero era dentro donde se generaban los mismos problemas. Así que el consello escolar aprobó por unanimidad impedir que los coches de las familias rebasasen el portal del recinto a primera hora y al finalizar la jornada. El director, Miguel González Barreira, explicó ayer que la medida se ha tomado para garantizar la seguridad en la parcela que ocupa el colegio, de 10.000 metros cuadrados.

Consciente de que los riesgos se repetirían en el exterior, el equipo directivo notificó al Concello la situación e incluso se reunió con el alcalde el pasado día 18 para exigir medidas para reducirlos. Entre ellas, la presencia de la Policía Local en hora punta.

Hace años que el centro reclama al Ayuntamiento obras como la dotación de un cierre por control remoto del portal y de un timbre. Al carecer de estos mecanismos, el recinto permanece abierto toda la mañana, dado que desde el edificio no se ve la entrada al recinto. "Pode entrar calquera persoa ou animal solto ou mesmo pode marchar calquera neno a pesares da nosa vixilancia", denuncia el director.

Mientras ningún gobierno municipal se ha decidido a cumplir con las reivindicaciones, los padres se quejan. "Justifican el cierre por seguridad pero están empeorando la situación. Ahora los autobuses y profesores transitan por el medio de los niños dentro del recinto escolar a la vez que fuera circulan vehículos y peatones por una carretera sin aceras. El único aparcamiento está a 300 metros, por lo que nos obligan a andar por un trayecto más largo y con el mismo peligro", señalan. "Todos estamos de acuerdo en que el centro tiene que permanecer cerrado, pero lo lógico sería realizar las obras necesarias en verano y empezar el próximo curso en condiciones", apuntan.