El río Miño, en su parte baja, inicia el año 2016 con la campaña de la lamprea que dio comienzo el pasado lunes, día 4 de enero, para rematar el 22 de abril. Las capturas de la primera jornada han sido escasas. Algunos profesionales, como Fernando Ferreira, presidente de la Asociación de Pescadores do río Miño, consiguieron hasta dos ejemplares. En el caso de Ferreira, el tamaño de las piezas era medio, de un kilo 400 gramos. En cuanto al precio, ha podido venderse hasta a 30 euros cada ejemplar a personas o restauradores especialmente interesados, al valorarse que son las primeras lampreas que llegan hasta las barcas.

Un total de 99 licencias profesionales autorizan la captura de esta especie peculiar en el Miño, junto con otras; mientras que son 111 las licencias que autorizan la captura de angulas. Las lampreas no se subastan en la lonja de A Guarda, sino que los pescadores las comercializan directamente al mejor postor o al cliente habitual.

Fernando Ferreira valora que "las condiciones del río son razonablemente buenas, pero una planta invasora se extiende por las orillas de las ambas márgenes y se enreda en los aparejos, con lo que algunos quedan inservibles", relata, refiriéndose a la especie Elodea canadensis que viene estudiando la Asociación Naturalista del Baixo Miño, ANABAM, que preside Agustín Ferreira. La Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Infraestructuras tiene conocimiento de la expansión de esta planta que puebla todo el lecho del río, junto a la orilla gallega y la portuguesa. Estos días, con el cauce alto, no se detecta en superficie y resulta un problema para la navegación, al desarrollarse desmesuradamente en tupidas marañas que suben desde el lecho del río. Se trata de una planta de origen americano que se utiliza en acuarios, porque es útil para oxigenar el agua.