La escuela infantil de Couso funciona a la mitad de su capacidad desde hace tres meses. Un agujero ocasionado en el techo por una explosión al retirar un nido de avispa asiática el 22 de septiembre impide el uso de una de sus dos aulas. Los siete alumnos de 3 a 5 años del centro, integrado en el Colexio Rural Agrupado (CRA) Antía Cal de Gondomar, no pueden salir de clase cuando llueve, ni tampoco desplazarse al local contiguo para practicar psicomotricidad. Cuando su horario marca esta actividad, las profesoras se ven obligadas a apartar el mobiliario para dejar espacio.

Ocurre desde que el Grupo de Emerxencias Supramunicipal (GES) de la Mancomunidade do Val Miñor acudió a la escuela para retirar el avispero, instalado en la chimenea. Los bomberos lo rociaron con gasolina y, al aplicarle fuego, estalló causando cuantiosos daños al inmueble. Niños y maestras se habían marchado y ninguno de los bomberos resultó herido, pero se rompieron las ventanas y los cristales saltaron a más de 5 metros al exterior, al igual que varias tejas de la cubierta, y aparecieron grietas en las paredes. "Pudo pasar algo grave", señalan padres de alumnos, indignados porque el Concello sigue sin terminar las reparaciones terminado ya el primer trimestre del curso.

Inicialmente, el Ayuntamiento sustituyó los ventanales y dejó el local limpio. El boquete quedó tapado con plásticos y el aula cerrada desde entonces. Los progenitores se quejan de la "dejadez" del alcalde, Paco Ferreira, que asume personalmente el área municipal de Educación, y aseguran que ni siquiera les ha atendido. "Tardamos una semana en conseguir una cita y cuando llegó el día, se marchó sin recibirnos", lamentan. Así que le exigen que las obras se realicen durante las vacaciones de Navidad, que arrancan hoy mismo, para evitar traslados a los pequeños. Ya habían organizado turnos para llevarlos a la escuela de Chaín en sus vehículos al anunciar Ferreira que los trabajos iban a comenzar el 17 de noviembre, pero "todo sigue igual y sin explicaciones", se quejan.

El regidor admite que "este problema xa debía estar arranxado", pero justifica la demora por un atranco en la licitación del proyecto. Afirma que las empresas invitadas no presentaron la documentación necesaria en su momento, por lo que hubo que declarar desierto el concurso y convocarlo de nuevo. De ahí que las obras llegaran a programarse para después suspenderlas. No obstante, garantiza que el proceso está en marcha y que los desperfectos estarán reparados antes de que los alumnos regresen en enero. "Debemos seguir a tramitación con todas as garantías legais porque lle imos reclamar os custos á Mancomunidade. Os danos xurdiron por unha intervención do GES e o seguro do organismo cubrirá os gastos", explica.