Jacinto Zunzunegui Romo, con una avenida que lleva su nombre en Salceda de Caselas, ha llegado a ser un mito en esta localidad, donde ejerció como médico desde el año 1901 a 1932. En el centro de la villa construyó su casa de piedra donde vivió con su esposa, Consuelo Freire, y en la que nacieron sus catorce hijos. Alrededor de su entidad humana y de su buen hacer profesional, se desarrollaron ayer los actos organizados en su homenaje, coincidiendo con el 98 aniversario de su fallecimiento.

Su nieto, el neurólogo Juan Francisco Zunzunegui Costas, uno de los casi cien familiares (muchos de ellos médicos, escritores como Salvador García Bodaño Zunzunegui, científicos, etc.) que acudieron hasta el lugar, frente a la casa que perteneció a la familiar, recordó el cariño con el que le hablaba su progenitor cuando se refería al abuelo "el paciente, medio muerto, cuando escuchaba los cascos del caballo del doctor Zunzunegui, se alzaba del lecho y decía aliviado ¡ya viene don Jacinto!". Describió la entrega total del médico que tenía que tomar decisiones y que hablaba con el paciente, además de hacer de higienista y de consolador. Su presencia ya curaba. La Irmandade Sanitaria Galega, se involucró en este acto y su representante, Carmen Baqueiro defendió la antropología médica gallega, que viene de lejos. La Irmandade homenajeó "a quien supo poner el disposición del pueblo el mejor trato humano".

Xosé Ramón Paz Antón, el autor del libro "O doutor Zunzunegui", reconoció lo aprendido después de investigar sobre el personaje "que se esforzó en hacer muchas más cosas de las que se esperaba, en favor de personas enfermas". Relató detalles, como las monedas que dejaba el doctor bajo la almohada de enfermos pobres. Una faceta común en la familia es el amor a la música, al ser la madre pianista. Como distintivo, la sabiduría de la pareja en transmitir el conocimiento a sus hijos.

El alcalde de Salceda, Marcos Besada, definió esta conmemoración como "una ciclogénesis explosiva de sentimientos" en la villa, donde seguirá sonando el nombre del doctor.

Su hija Alicia, que cumplió ayer 94 años, recibió un ramo de flores y junto a su cuñada Alicia Pastor, descubrió una placa conmemorativa.