Élida González Costas, doña Élida, o "la Profesora" como aún hoy muchos conocían en la comarca a una de sus maestras más entrañables, impartió ayer su última lección de vida. Con su fallecimiento, a los 78 años, esta mujer emprendedora natural de Mañufe, deja huérfanos a los cientos de alumnos a quienes abrió las puertas al conocimiento durante su larga carrera profesional, una labor pedagógica que, dicen, siempre fue su vocación.

Sus primeros pasos como maestra nacional, profesión que compartió con su hermana, los dio en Puebla de Sanabria (León), hasta que decidió solicitar una excedencia para regresar a su tierra y fundar junto a su marido, José Casas Rial, la Academia San Vicente de Mañufe a finales de los años 50.

Fue a este centro privado, que preparaba a los niños de la parroquia en una época en la que estudiar en el rural resultaba casi imposible, al que dedicó sus mayores esfuerzos, aunque su plaza de funcionaria la llevó después a impartir clase en centros públicos de Vilachán do Monte, en Tomiño, y en Gondomar, donde se retiró hace ya unos años.

"Era una mujer muy competente, nos lo enseñó todo, desde las distintas materias hasta cuestiones prácticas para la vida", aseguran aquellos primeros alumnos, en quienes Élida González deja una importante huella.

Pero, en paralelo a la enseñanza, doña Élida desarrolló también su faceta de empresaria como titular de una firma de peletería, que contó durante años con una granja de visones en el lugar de Prado, en Morgadáns.

Madre de dos hijas, "la Profesora" desaparecía ayer contando con el cariño de sus "niños", hoy convertidos en profesionales de distintos ámbitos. Muchos acudieron ya ayer al Tanatorio del Miñor a velar sus restos mortales y mostrar sus condolencias a la familia, otros formarán parte de la comitiva que partirá esta tarde de Sabarís, a las 17.15 horas. Su funeral y el posterior entierro tendrá lugar en la iglesia parroquial de San Vicente de Mañufe, a partir de las 17.30 horas.