Sesenta recetas con un fin solidario es lo que escribió Alejandro Da Cuña Fernández. Este vecino de Caldelas de Tui, de 43 años de edad y jefe de almacén, ha creado un libro de recetas de cocina, fruto de la recopilación de información visitando diferentes hogares de los municipios de la comarca, con el fin de destinar lo recaudado por su venta a "gente que lo necesita". Como un gran aficionado a los fogones, disponía ya de varias recetas dadas por familiares y vecinos, y el hecho de hacerse pública su iniciativa hizo que muchas personas se pusiesen en contacto con él para aportar su granito de arena.

"Receitas con historia" se presentará el próximo día 12 de diciembre, a las 19.00 horas, en el Área Panorámica de Tui. A partir de entonces saldrán a la venta los 400 ejemplares de esta primera edición que se podrán adquirir ese mismo día in situ o, luego, en librerías de la comarca a un precio de 10 euros.

El dinero recaudado será donado íntegramente a dos asociaciones, una de síndrome de Rett y otra de síndrome de deleción 1p36, a las que pertenecen Sofía, de Salceda, y Marta, de Tui, las dos niñas a las que Alejandro quiere ayudar. "Se trata de hacer una aportación a estas dos asociaciones para que investiguen y busquen un tratamiento y cura a estas enfermedades raras que padecen niños como Sofía y Marta, las protagonistas de toda esta historia", remarca.

Carnes, pescados, pastas, postres? "Receitas con historia" ofrece una gran variedad de platos, desde los más tradicionales como cordero al horno, empanada o leche frita, a otros menos populares como puede ser lengua de vaca con peras y uvas pasas, o típicos de determinadas zonas como es el caso de una familia que estuvo en Asturias y que le sugirió bacalao encebollado con pimienta o de una emigrante que junto a una amiga italiana fusionaban sus dotes culinarias y a menudo cocinaban conejo con pasta.

El libro expone los ingredientes y el modo de preparación de cada plato, recoge fotos de la presentación final y de las personas autoras de cada receta y también narra el día en el que acudió a la casa, el rato que compartieron y otras anécdotas del momento.

"Al principio el trato al no conocerme era un poco frío y distante, pero enseguida cogía confianza y al final incluso me invitaban a comer", asegura Alejandro que recorrió casas de Tui, Salceda, Salvaterra y Porriño en su escaso tiempo libre recopilando estas informaciones."De ahí que tardase más de dos años en rematar el trabajo", que inició en febrero de 2013 y finalizó el pasado mes de octubre.