Un comienzo de temporada flojo pero con perspectivas de mejora. Esta fue la valoración tanto de pescadores como de compradores de la angula del río Miño después de la primera noche de pesca tras la subasta, celebrada en la lonja de A Guarda, en la que se fijó un precio de 497 euros el kilo.

La veda se abrió con el comienzo de la primera luna el pasado día 3 de noviembre prolongándose hasta el día 17, no obstante las subastas se realizan cinco días antes y cinco después de la luna nueva. La temporada comprende un total de 60 días habilitados para la pesca, 15 días por cada una de las cuatro lunas, de noviembre a febrero. En esta ocasión, la campaña se inició con licencia para 90 barcos, menos que el año pasado, aunque no todos salieron a pescar.

Fernando Ferreira fue uno de los pescadores que acudió la noche del miércoles a coger angula. "La captura fue prácticamente cero, unos diez ejemplares por barco, teniendo en cuenta que tres angulas son, aproximadamente, un gramo, la cantidad es ínfima", asegura. "La calidad del agua y las condiciones del río son buenas, por lo que barajamos que quizás sea por la altura de la luna", remarca Ferreira no queriendo ser pesimista y pensar que no hay ejemplares. Y seguramente eso no ocurra, pues según afirman desde el vivero adjudicatario de esta primera subasta, "la angula pescada esta primera noche es poca pero de calidad; es transparente, lo que significa que está entrando en el río". A diferencia de lo declarado por Ferreira, Viveiros Benítez explica que compró una media de 250 gramos por barco, "algunos ya fueron recogidos de madrugada en los puntos establecidos una vez finalizada la pesca y otros nos lo vinieron a entregar por la mañana". Sin duda, el resultado de la primera noche de pesca no fue nada bueno, pues aún capturando un cuarto de kilo, "las mejores jornadas son aquellas en las que alcanzamos el kilo y medio por barco", asegura Ferreira.

Y es que en la captura de este pez tan preciado y cotizado influyen muchos factores como el caudal y las mareas, que son además las que marcan las horas de pesca, oscilando normalmente entre las siete de la tarde y la medianoche. Ferreira, que también es presidente de la Asociación de Pescadores del Miño, explica que "si las corrientes son fuertes mete la angula río arriba y si don débiles esta no consiguen remontar y hay que buscar la captura más cerca de la desembocadura". En este sentido, cuando el caudal del río registra un aumento importante, sobre todo debido a la apertura de las compuertas del embalse de Frieira, provoca un cambio de temperatura del agua, y dificulta la pesca, "ya que se entierran bajo la arena y la abundancia y fuerza de agua río abajo impide la entrada desde el mar".

Cotización

Por lo que respecta al precio, la previsión es que este se reduzca a medida que se acerquen los días de luna nueva. De hecho, cuando mejor se cotiza suele ser en la luna de diciembre, coincidiendo con la campaña de Navidad, aunque no siempre es así, pues justo el pasado año el precio máximo de toda la temporada (336 euros) se registró en febrero. Cuando el producto llega al consumidor final el precio suele multiplicarse por dos, es decir, la angula capturada la pasada noche por la que el viverista pagó cerca de 500 euros se cotizará a unos 1.000 euros aproximadamente.

El precio es marcado mediante subasta antes de capturar el pez. No obstante, los pescadores no están obligados a venderle al viverista que ganó la subasta, sino que también está permitida la venta directa como se hizo siempre hasta que el pasado año la Xunta de Galicia y la Confraría de Pescadores de A Guarda establecieron este sistema "atípico", el cual no es muy aceptado por ninguna de las partes, pues algunos preferirían continuar con la venta directa y otros, aceptando el sistema de subasta, sostienen que debería ser con el producto delante, conociendo la cantidad y calidad de la mercancía, y no antes de pescarlo.