"Si no iniciamos hace una década el contencioso por la titularidad de los terrenos, la zona sería ahora una urbanización privada y se habría perdido un espacio muy importante para equipamiento y uso vecinal en la parroquia". El presidente de la Comunidad de Montes de Chapela, Francisco Puch, explica así la incidencia trascendental que tuvo este colectivo en el destino final de la "Finca da Ginaria", un terreno de 34.000 metros cuadrados que se destinará para el traslado del colegio Igrexa debido a las obras de ampliación de la autopista AP-9.

Los comuneros iniciaron en 2005 los trámites para reclamar la propiedad de la parcela tras enterarse de que el Concello de Redondela tramitaba un expediente para la construcción en esa zona de una urbanización de 90 viviendas unifamiliares, un proyecto que sería ejecutado por la empresa Sacyr-Vallehermoso, por aquel entonces propietaria de los terrenos. El colectivo comunal expresó su rechazo a este proyecto al considerar que la parcela formaba parte del monte comunal, basándose diversa documentación histórica del siglo XVI. Sin embargo, el Jurado Provincial de Montes no aceptaría la clasificación de los comuneros, por lo que decidieron presentar un Contencioso Administrativo. Este proceso judicial obligó a paralizar la construcción de los chalets y comenzó un largo recorrido para dirimir la titularidad.

La Comunidad de Montes siempre defendió que, en el caso de lograr los terrenos, los cedería al Ayuntamiento para uso vecinal, y ya en 2008 defendían la ubicación en este lugar del nuevo colegio Igrexa, una guardería infantil y un centro de la tercera edad.

El juicio estaba previsto para el 28 de octubre de 2010, aunque los comuneros decidieron suspenderlo después de que el gobierno local -presidido en aquella época por el socialista Xaime Rei- llegase a un acuerdo para adquirir la parcela por un millón y medio de euros para dotar de equipamientos a la parroquia. "Nunca entendimos por qué el Concello se posicionó en contra de los comuneros y vecinos de la parroquia, porque si ganábamos el contencioso les cederíamos el terreno gratis. Pero al menos gracias a este proceso se consiguió parar la construcción de la urbanización y lo importante es que ahora la finca se destinará a equipamiento público, como queríamos, y también sin coste para las arcas municipales", concluye Puch.