"Pido confianza a los vecinos. Sé que me van a exigir muchísimo, como lo voy a hacer yo mismo, pero que me den confianza al menos estos tres años y medio". Es el llamamiento que realizó ayer Ángel Rodal durante su discurso de investidura, tras el pleno que lo proclamó alcalde de Baiona después de ejercer en funciones durante 21 días, en sustitución de Jesús Vázquez Almuiña, conselleiro de Sanidade desde el pasado 5 de octubre, que lo arropó con su presencia en el salón de plenos. A él le atribuyó el logro de "haber llevado Baiona a buen puerto hasta hace poco". E insistiendo en la metáfora naval, se comprometió a seguir su rumbo. "Cambia el capitán, pero la tripulación es la misma", dijo.

Su proclamación contó con el respaldo de los nueve ediles del PP, a los que se sumó de manera oficial como nueva concejala María del Carmen Paredes Cabral ante la marcha del ahora conselleiro. Los portavoces de la oposición -PSOE, BNG y EU-Son- optaron por la abstención a la hora de votar, después de renunciar a postularse como candidatos a la Alcaldía en una sesión extraordinaria en la que no tuvieron opción a intervenir.

Solo habló el regidor tras recibir el bastón de mando del Ayuntamiento de manos de la ahora primera teniente de alcalde, María Iglesias. Y lo hizo para mostrar su ilusión por asumir la Alcaldía del municipio "que me vio nacer hace 48 años" y su entusiasmo por la gestión pública. "La felicidad no es hacer lo que uno quiere, sino querer lo que uno hace", subrayó. En su caso, pese a empezar su vida laboral como un "apasionado" de su profesión, la naturopatía, fue al llegar a la política cuando, por primera vez, sintió "cada domingo el deseo de que llegase el lunes" para continuar con sus proyectos.

Arropado por una veintena de vecinos y varios dirigentes del PP como el delegado de la Xunta en Vigo, Ignacio López Chaves; la portavoz municipal de Vigo, Elena Muñoz, y el concejal vigués Miguel Fidalgo, Rodal tuvo palabras de agradecimiento para Sergio Bueno Illescas, el exalcalde socialista de Santa Fe de Granada, recientemente nombrado hijo adoptivo de Baiona, que viajó desde la localidad andaluza para apoyarlo en el acto.

Mostró su gratitud y respeto a cada uno de sus compañeros de gobierno y dio una cariñosa bienvenida a la recién llegada al equipo, a la que aprovechó para felicitar por ser ayer su cumpleaños. Aludió a la "honestidad" de su equipo y a la "coherencia" de los políticos, para que "lo que pensamos, sentimos, decimos y hacemos sea lo mismo".

Tendió asimismo la mano a la oposición para "entre todos lograr una Baiona mejor" y reconoció la labor de los trabajadores municipales. "Voy a luchar por cada uno de vuestros derechos, pero también os voy a exigir vuestras obligaciones", les transmitió.