Un cabo providencial permitió ayer salvar la vida a un pescador vecino de Viladesuso que cayó al agua mientras se dedicaba a la pesca del pulpo en una zona de rocas. La suerte quiso que cerca de él estuvieran mariscando varios percebeiros que, alertados por otro pescador, consiguieron ponerlo a salvo gracias a una cuerda que llevaban por seguridad.

Según relató Susana González, patrona mayor de la Cofradía de Baiona y una de las personas que se encontraban trabajando en el lugar del accidente, cuando se percataron de que el hombre, A.L.S., de 71 años y vecino de la zona, se había precipitado al mar le vieron "flotando" en el agua. "Oímos un grito y supimos que era algo grave, así que nos echamos a correr", explicó González, quien aseguró que las condiciones del mar en aquel momento -las 11.15 horas- eran "durísimas".

Ante esta situación, los mariscadores echaron mano enseguida de un cabo que llevan de costumbre "por seguridad", señaló la patrona mayor del pósito baionés. Uno de ellos "se lanzó al mar" con un extremo de la cuerda hasta alcanzar al hombre, que aguantaba los embates del mar "medio agarrado a una piedra", agregó. Mientras, el resto, agarrando el otro extremo de la cuerda, lograron arrastrarlos hasta un lugar seguro.

"Fueron momentos de mucha tensión", recordaba Susana González tras el accidente, sobre todo por el mal estado del mar, que llegó a comprometer, incluso, la seguridad de los rescatadores.

Pero la rápida actuación del grupo de percebeiros evitó la intervención del helicóptero de Salvamento Marítimo movilizado inicialmente por el 112 Galicia, que también avisó a Urxencias Sanitarias, el Grupo de Emerxencias Supramunicipal (GES) de A Guarda, el Servicio de Guardacostas y la Guardia Civil. Finalmente solo fue necesaria la presencia de una ambulancia asistencial, que atendió al hombre en el lugar de varias contusiones y heridas leves.