En este caso la conversación no fue pinchada por la Policía ni grabada en despacho alguno. El vecino de Portugal, al que quería atribuírsele una infracción de tráfico que no había cometido y, según denunció, sin su consentimiento, grabó la conversación de un embajador que llegó a ofrecerle 10.000 euros "si te olvidas del tema y no denuncias". Sin su testimonio, la causa no tendría mucho recorrido, ya que parece estilarse el uso de conductores portugueses para salvar puntos de infracciones en España, sobre todo las de radar.

El Juzgado ordenó la transcripción de la conversación que ahora deberá explicarse.