La inestabilidad que afecta a un tramo del muro exterior del Pazo de Pousadouro, en uno de los viales que comunican el casco urbano de Redondela con las parroquias de Reboreda -donde se ubica- y Ventosela, ha generado alarma entre los vecinos que temen que pueda desplomarse y causar una desgracia entre los viandantes que cada día transitan por este vial.

La asociación de vecinos de Ventosela presentó un escrito a principios de marzo en el Concello en el que le explicaba la gravedad del problema y le solicitaba que tomase las medidas oportunas ante el riesgo que presenta el cierre de bloques de piedra y hormigón, con una altura de unos cuatro metros. El problema principal es que el muro, al igual que el edificio del pazo, se encuentra catalogado por Patrimonio, por lo que cualquier actuación o reforma que se quiera realizar debe disponer de la preceptiva autorización por parte de este departamento de la Consellería de Cultura.

Así, el gobierno local solicitó el pasado mes de abril un informe a la Xunta para conocer las medidas que podría adoptar para reforzar el cierre, y tras recibir la autorización para realizar los trabajos pertinentes, la aparejadora municipal emitió un informe a principios del parado mes de mayo. Pero los meses van pasando y la situación sigue igual, sin que aparezcan las máquinas por la zona. "Llevamos mucho tiempo con este asunto y nadie nos da explicaciones ni un plazo para ejecutar las mejoras", explica la secretaria de la asociación de vecinos de Ventosela, Domitila Couñago, que considera que la actuación debía ser "prioritaria" porque afecta a la seguridad de los muchos viandantes que transitan por esa carretera. Otro de los argumentos que expone el colectivo vecinal es que en las inmediaciones se encuentra un centro escolar [el CEIP Santo Paio de Abaixo de Reboreda] y que el camino en el que se ubica el muro es una ruta que realizan muchos niños para acudir a clase a pie desde las viviendas situadas en el entorno. "Existe preocupación entre la comunidad educativa porque dentro de nada llegan las lluvias del invierno y temen que se pueda desplomar algún tramo. Deben actuar cuanto antes porque nadie quiere tener que lamentar después una desgracia", señala Couñago.

El informe de Patrimonio remitido al Concello explica que no se autoriza la reposición ni la consolidación de la parte de muro de cierre de bloques, solo se permite la reposición del muro de contención con una piedra similar.

En este sentido, la aparejadora municipal plantea como solución proceder a la demolición o a la retirada de los bloques que estén sueltos y que pueden precipitarse sobre la vía pública.