La Cofradía de Pescadores "San Juan" de Redondela asegura que durante este año el colectivo de mariscadoras solo fue dos días a trabajar a la playa de Arealonga, en Chapela, y niega que la explotación de almeja y berberecho en el arenal cause algún perjuicio a la zona, como denunciaron algunos usuarios del arenal.

El patrón mayor, Clemente Bastos, lamenta estas críticas al trabajo que realizan las mariscadoras, y las atribuye a "una minoría que se creen los dueños de la playa, cuando es un espacio público" y puntualiza que la actividad que realizan las socias de la cofradía "es legal, está regulado por los organismos competentes, y disponen de todos los permisos necesarios para trabajar en la zona". Pese a todo, Bastos asegura que Arealonga es una de las zonas de toda la ría que menos se explotan, ya que durante todo este año solo acudieron dos jornadas. "No se nos puede acusar de realizar un marisqueo intensivo por solo dos días de trabajo anuales, lo que pasa es que en esta zona trabaja mucho furtivo y creemos que eso puede dar lugar a confusión. A esos son a los que hay que controlar, porque realizan una actividad ilegal y venden la mercancía en el mercado clandestino sin pasar por la depuradora", señala Bastos.

El responsable de la cofradía también rechaza que la actividad marisquera tenga cualquier incidencia en la degradación de la playa o con la mala calidad de las aguas, en referencia al resultado de las analíticas realizadas por la Consellería de Sanidade, que desaconseja el baño en esta zona porque los resultados de las muestras establecen una calidad insuficiente del agua. "El tema de los vertidos es algo puntual y que no tiene nada que ver con la explotación del marisqueo", y aclara que las recomendaciones para los bañistas no afecta al trabajo de los mariscadores. "Nosotros pedimos permiso a la Xunta para trabajar y si estuviese contaminada por la toxina se nos prohibiría faenar y se cerraría la zona". Sobre este asunto pone como ejemplo la playa de A Punta de Cesantes, donde se trabaja más de sesenta días al año y luce la bandera azul con una calificación de las aguas de excepcional. "Si la labor de las mariscadoras fuese perjudicial no le concederían este distintivo por segundo año consecutivo. Es más, el trabajo para la extracción de la almeja y berberecho es muy positivo porque ayuda a oxigenar la playa para que se mantenga viva y siga produciendo. Esto es como las fincas que si no se trabajan acaban llenándose de maleza", afirma Bastos, que invita a todos los críticos a que acudan un día a cualquiera de los bancos de la ría a conocer el duro trabajo que realizan las mariscadoras, una labor de la que viven 140 familias de todo el municipio.

Respecto a las críticas de los bañistas por el movimiento de las piedras en la zona baja del arenal, explica que lo que causaría perjuicio a la playa sería precisamente su retirada. "Las piedras tienen su función ya que ayudan a retener la arena con la acción de las mareas, y eso no es algo que digamos nosotros, lo aseguran los expertos", recalca.

Por último expresa su repulsa a los hechos que se produjeron a principios de semana en la playa, donde unos desconocidos rayaron varios vehículos de las mariscadoras mientras desarrollaban su labor extractiva en la playa chapelana. "Es lamentable que pasen estas cosas cuando hacemos un trabajo legal y con todos los permisos en regla. No queremos tener que acudir a trabajar escoltados por la Guardia Civil, eso no se puede permitir y esperamos que no se vuelvan a repetir", concluye.