El enfrentamiento que mantienen los afectados por los trabajos de ampliación de la autopista AP-9 en Chapela registró ayer un nuevo capítulo. A las concentraciones diarias para paralizar los trabajos en el tramo entre el instituto y la iglesia parroquial se sumó ayer una nueva acción de protesta, en la que un grupo de vecinos derribó todas las vallas de protección de las obras en esta zona para exigir la ampliación del vial.

Según explicaron desde la Asociación de Afectados la movilización se produjo de manera espontánea después de que un camión que accedió por la Estrada do Torreiro se quedara atrapado sin posibilidad de maniobrar por la escasa anchura de la calle. Esta situación ya fue denunciada por los vecinos a finales del pasado mes a los responsables cuando los trabajos obligaron a cerrar la acera en este vial que da acceso a la iglesia, el cementerio y el multiusos.

Uno de los portavoces del colectivo de afectados, Francisco Puch, recuerda que "ya les advertimos en su momento que tenían que dejar una acera para los peatones porque se trata de un punto muy transitado y que esto causaría problemas", y apunta que se incrementarán con el inicio del curso escolar en el instituto. Además critica que el camino alternativo habilitado para los peatones "se trata de una senda de tierra estrecha y sin acondicionar por el que no pasa ni un carrito de bebé ni una silla de ruedas y que con la lluvia se transforma en un barrizal".

Esta protesta se produce una semana después de la reunión mantenida en Vigo entre las partes implicadas en las obras -Audasa, Fomento, Concello y vecinos-. Aunque los afectados se mostraron satisfechos por los compromisos alcanzados "no queremos que queden en palabras, sino que queremos hechos para solucionar los problemas causados por las obras", indica Puch.