"Nunca pensamos que nos devolverían así nuestras fincas, esto es un desastre. Ya no sirven para nada, no se puede sembrar porque al meter el tractor debajo solo hay piedras y restos de hormigón", lamenta Ricardo Balado, uno de los propietarios de las parcelas del valle de Maceiras, situado entre las parroquias redondelanas de Negros y Cedeira, que fueron expropiadas en 2008 de forma temporal para realizar las obras del AVE.

Lo que era una zona fértil con vid, patatas, maíz y todo tipo de verduras y hortalizas se transformó en los últimos años en una enorme explanada de hormigón para fabricar las dovelas con las que se construyeron los túneles de entrada a Vigo. Los vecinos tuvieron que alquilar sus propiedades con la promesa de que se las devolverían en las mismas condiciones, pero la realidad es que la zona no tiene nada que ver con lo que era.

"Esta era una zona muy buena de cultivo, con manantiales y una tierra muy fértil, pero ahora ya no queda nada de eso. Se llevaron la tierra buena y nos devuelven un pedregal en el que solo salen juncos, se ha arruinado por completo esta zona ", afirma María del Carmen Míguez, una de las afectadas.

Tras la marcha de las empresas que hicieron las obras, el colectivo de vecinos no sabe a quién reclamar. Hace unos meses transmitieron sus quejas al Concello y reconoce que les ofrecieron su apoyo para trasladar el problema a los responsables del Ministerio de Fomento, pero la realidad es que pasa el tiempo y todo sigue igual. "Nos prometieron maquinaria para mejorar las fincas pero el problema es que no hay tierra", explica Juan Magariños, otro de los propietarios. Recuerda que cuando comenzaron los trabajos y se explanó la zona para crear en este lugar la fábrica de hormigón de las dovelas se retiraron cientos de camiones cargados con las tierras. "Se clasificaron en función de su calidad y la buena se la llevaron. Suponemos que sacarían un beneficio económico", afirma Bienvenido Míguez, otro afectado que aún recuerda con nostalgia los 130 metros de viña que perdió. "Hace unos días metí el tractor en la finca y aparecieron enterrados los postes de las viñas, ni siquiera se molestaron en retirarlos", apunta.

Otra de las quejas de los vecinos es la pérdida del drenaje de sus parcelas, ya que con las lluvias del pasado mes el agua se estancaba en algunas propiedades. "Mi finca acumuló medio metro de agua y eso antes no pasaba, el suelo era muy permeable y absorbía bien, pero ahora eso ya no pasa", señala Juan Magariños. Al mismo tiempo la pérdida de los manantiales de agua de la zona también preocupa a los propietarios de los terrenos, a pesar de que se hicieron varios pozos para garantizar el abastecimiento de las casas y el riego de las parcelas.

Por último, los vecinos de las dos parroquias afectadas también lamentan la desaparición de los manzanos que daban nombre al valle, que se encontraban en el entorno de cauce fluvial del río Maceiras. "Ahora han sido sustituidos por olmos, cuando aquí siempre hubo frutales", concluye Magariños.