El Banco de Tapones del Baixo Miño (BANTA) inicia esta semana su décima campaña en sus dos años y medio de existencia, en los que ya ha ayudado a 21 niños gallegos con un total de 50.000 euros.

BANTA se creó en el año 2012 gracias a la concienciación de un grupo de amigos que estaba ayudando a dos menores a través de la recogida de tapones de plástico. Conformado íntegramente por voluntarios, el Banco de Tapones del Baixo Miño trabaja a nivel autonómico de manera altruista para ayudar a niños con enfermedades que precisan de un tratamiento específico y cuyas familias no pueden hacer frente.

La novena campaña finalizó el pasado fin de semana con la entrega de 3.000 euros a cada una de las niñas beneficiarias de esta última operación solidaria. Marta, Candela e Iria recibieron la ayuda solicitada para hacer frente a las necesidades de su enfermedad en el almacén central de la organización, en Tomiño. "Para ayudar a estas tres niñas fueron necesarias 45 toneladas de tapones y un total de cuatro meses y medio para recaudar los 9.000 euros", comenta Manuel Pardo, presidente del banco.

El banco cuenta con un gabinete especializado para la selección de beneficiarios que tiene en cuenta los informes médicos de los niños y la renta de los padres.