Gondomar recuperará la zona verde arrasada hace dos años por la excavación del polémico tanque de tormentas. Tres semanas después de que el Concello iniciase el sellado de la fosa y lo dejase a medias, la Xunta retomó ayer los trabajos y vertió varios camiones de jabre sobre el gran socavón cubierto de maleza. El aterramiento se reactivaba por la tarde, horas después de que este diario se hiciese eco de la inacción de las administraciones pese a existir un acuerdo plenario desde febrero para acabar con el problema de insalubridad que denuncian los vecinos de la urbanización As Garzas, indignados ante la proliferación de malos olores y ratas en el entorno.

El alcalde, Fernando Guitián, confirmaba poco después de la llegada de la maquinaria que Augas de Galicia se encargaba de la intervención "porque así se lo exigió el gobierno municipal", tanto por escrito hace semanas como de manera verbal en las últimas jornadas.

Una alternativa controvertida

El terreno recuperará su estado original, señaló el regidor, a la espera de que el organismo de la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Infraestructuras modifique el proyecto inicial para sustituir el depósito -pensado para contener aguas pluviales y fecales procedentes de las parroquias altas del municipio y evitar colapsos en la depuradora- por una estación de bombeo. Una solución que el edil nacionalista Antonio Araúxo considera errónea porque "ocasionará importantes gastos en consumo eléctrico e avarías sen eliminar os cheiros e os verquidos ao río Miñor". A su juicio, la inversión debe destinarse a adecuar las tuberías hacia la EDAR.

No se prevé una solución por el momento para el antiguo tubo de aguas residuales que sigue vertiendo en la zona, denunciado por el también concejal nacionalista no adscrito Pauliño Del Río, quien precisamente exigirá al gobierno municipal en el pleno previsto hoy a las 20.00 horas que canalice de manera urgente las fecales que discurren "coma un río" por la parcela hacia el cauce del Miñor. El edil considera que tanto el vertido como la situación de la fosa generan "un problema de saúde pública" por negligencia de las administraciones municipal y autonómica.