"Esto es un verdadero problema de salud pública, un foco de infección. Las ratas campan a sus anchas y los olores son insoportables en muchos momentos". Es el panorama que describen los vecinos de la urbanización As Garzas, en pleno centro de Gondomar. Están hartos de las molestias que les causa la gran fosa abandonada a pocos metros de sus portales. Hace casi dos años que la Xunta inició la excavación para ubicar allí el polémico tanque de tormentas, diseñado para frenar la contaminación en el río Miñor y las reiteradas inundaciones en el casco urbano de la villa. Pero la presión social y la mayoría de la oposición lograron paralizar el proyecto en junio de 2013. El espacio que antes ocupaba una zona verde, en la intersección de las calles Curros Enríquez y Baixa Redonda, se ha convertido en un lugar degradado y "peligroso", según aseguran, en la ribera fluvial.

Las reivindicaciones de los afectados han cambiado desde el comienzo de su lucha. Inicialmente se oponían a la infraestructura por temor a hedores y desbordamientos. Ahora ya sufren los olores "nauseabundos" y la proliferación de roedores sin visos de que el depósito vaya a hacerse realidad. Y este no es el único problema que denuncian. Protestan también por el deterioro de las vallas, "que se caen, a veces incluso junto al río y generan riesgo de accidentes", subrayan.

La situación parece enquistada. La Xunta rehúsa explicar sus pretensiones respecto a la obra. La empresa que puso en marcha los trabajos quebró y Augas de Galicia le rescindió el contrato en abril del año pasado. Por aquel entonces, fuentes del departamento autonómico anunciaban una nueva licitación del proyecto, que se integraba en un plan de saneamiento integral, ya realizado en parte por 3,5 millones. Desde entonces, la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Infraestructuras nunca ha respondido a las reiteradas consultas de este diario sobre los avances en la tramitación.

Ante estas circunstancias, el grupo nacionalista no adscrito instará hoy al gobierno municipal en el pleno previsto a las 20.00 horas la restitución del entorno a la situación inicial. El edil Antonio Araúxo defenderá una propuesta para que el bipartito rellene la fosa, previa comunicación a la Xunta, y plante árboles autóctonos propios de la vegetación de ribera. "Pasados dous anos sen solución a este problema de saúde pública propio dun barrio terceiromundista e de despilfarro de diñeiro público, o Concello tén que actuar", afirma el concejal.