La restauración del cruceiro de Santísima Trinidade de Baiona ha finalizado con nuevos datos que permiten profundizar en su historia. Poco se conocía acerca del origen y evolución de la única cruz pétrea de la provincia con baldaquino, pero los estudios realizados aprovechando su recuperación datan su creación en el siglo XV y la aplicación de la policromía, en el XIX. Así lo explicó ayer José Ángel Revuelta, uno de los restauradores de la empresa Proyecto Arte, que ha llevado a cabo la primera rehabilitación del monumento en sus casi seis siglos de existencia.

La investigación realizada por el Grupo de Estudios Medioambientales aplicados al Patrimonio Natural y Cultural (GEMAP) de la Universidad de Santiago en colaboración con la firma encargada de la recuperación ha concluido que las pinturas no son coetáneas al cruceiro. Son pigmentos de fabricación industrial utilizados desde el siglo XIX en adelante, indicó el experto.

Los estudios paralelos que lleva a cabo Anxo Rodríguez Lemos, estudiante de Historia baionés presente ayer en la visita, determinan, por otro lado, que el monumento se construyó cuatro siglos antes. "As referencias documentais máis antigas atopadas ata o momento no arquivo da antiga colexiata son dos séculos XVIII e XIX e pertencen aos rexistros de cobro de foros e rendas aos veciños do entorno, pero a configuración do cruceiro apunta a que foi erixido no XV", sostiene el futuro historiador.

Pese a la diferencia temporal entre la construcción y pintado de la cruz, los restauradores decidieron mantener la policromía como muestra de la evolución histórica de la pieza, de acuerdo con la Dirección Xeral de Patrimonio de la Xunta.

Antes de centrarse en el realce de las pinturas, los técnicos tuvieron que combatir el deterioro típico que presentan los monumentos ubicados en ambientes marinos. Realizaron desalaciones y eliminaron juntas y colonizaciones biológicas.

Seguidamente, se centraron en la conservación del colorido, compuesto de seis tonalidades básicas: amarillo, azul, verde, rojo, negro y carne. Todas ellas elaboradas con pintura a la cal.

La riqueza cromática y la compleja propuesta iconográfica del cruceiro comportan un valor "muy destacable" al emblemático monumento baionés, subrayó Revuelta. Hasta el momento, están identificadas cuatro de las diez figuras presentes en la cruz: el Cristo, Santiago Apóstol, la Magdalena y la Dolorosa. Las investigaciones en marchatratarán de descifrar qué vírgenes o santos representan las seis restantes.

Y es que el cruceiro es "una joya" del patrimonio local, según afirmó el alcalde, Jesús Vázquez Almuiña, que acudió también a la visita junto con los ediles Ana Simons y Ángel Rodal y el párroco de Santa María de Baiona, Manuel Salcidos. El regidor resaltó el trabajo minucioso de Proyecto Arte, con un presupuesto de 17.000 euros, y los estudios elaborados acerca del conjunto.