La plaga de avispas asiáticas asesinas de abejas desata la alarma en Gondomar. Dos nuevos nidos han sido localizados en el barrio de Toucido, cerca del centro urbano, y en la parroquia de Mañufe, junto al aserradero. Algunas de sus inquilinas han atacado a un operario municipal, que permaneció un día hospitalizado hasta que los profesionales sanitarios comprobaron que la evolución de las picaduras era favorable. Otras mantienen cercada la emblemática fábrica Rosquillas Cristaleiro. Sus propietarios han instalado dos trampas artesanales con las que han capturado ya más de doscientos ejemplares.

Las dificultades de acceso a las copas de los árboles sobre las que se asientan las dos colmenas retrasan su retirada por parte de la Consellería de Medio Rural. Así lo asegura el concejal de Medio Ambiente gondomareño, Juan Carlos González Camesella. La de Toucido se sitúa a unos 8 metros de altura, en un peral de una finca privada. Fue allí donde resultó herido el operario. Acudió la pasada semana con personal de la Xunta y el propio edil para tratar de llevarse la morada de vespa velutina, nombre científico de la especie. Mientras cortaba ramas para facilitar el trabajo a los expertos subido a una escalera de la brigada de alumbrado público, recibió varias picaduras en las manos a causa de una errónea colocación de los guantes de apicultor. González Camesella también sufrió un par de picotazos, pero pudo trasladar al afectado al centro de salud ante el fuerte dolor que padecía y la hinchazón. De allí lo derivaron a un hospital de Vigo, donde estuvo ingresado 24 horas.

Demora en la retirada

La retirada de este nido está prevista el próximo miércoles, día 13, según indica el concejal. Técnicos de la Xunta se desplazarán de nuevo al lugar con materiales para fumigarlo y sacarlo con seguridad.

Habrá que esperar más tiempo para que el mismo departamento autonómico acabe con la colmena de Mañufe. Se encuentra a unos 15 metros del suelo. La consellería estudia opciones para alcanzarla y no descarta el uso de un camión de bomberos o una grúa, apunta González Camesella.

Mientras tanto, las avispas invaden el municipio. Su presencia se ha dejado notar con mayor incidencia en las inmediaciones del mencionado obrador de repostería. Los restos de azúcar procedentes de la limpieza de maquinaria atraen a miles de abejas cada día y estas, a su vez, traen consigo a las avispas asiáticas, que mantienen al personal de la empresa atemorizado, especialmente a dos empleadas alérgicas. "Tienen un tamaño impresionante, casi como un dedo. Las vemos matar abejas constantemente. Es tremendo", relata el responsable de la fábrica, Miguel Jorge Álvarez.

Ante el retraso de las actuaciones oficiales, los dueños de la empresa han colocado dos trampas elaboradas por ellos mismos. Han consultado páginas de internet para confeccionarlas. Finalmente, han probado con una botella con un embudo en su parte superior y la han rellenado con un líquido compuesto de vino tinto y otras sustancias. Han instalado además una barbacoa artesanal con un bidón de hierro en la que queman goma para ahuyentar a estas devoradoras de abejas, inofensivas para el ser humano siempre que ataquen en grupos muy pequeños. Por el momento, han conseguido capturar "más de doscientas", señala Jorge, quien urge la intervención de las administraciones para "evitar riesgos innecesarios".