La iglesia monacal de Santa María de Oia avanza en su recuperación. La Asociación Cultural de Amigos do Mosteiro (Acamo) suma un nuevo logro a su lucha incansable por salvarla del deterioro agravado por el abandono secular y la humedad. Tras obtener una ayuda de la Diputación, promueve la restauración más ambiciosa ejecutada hasta el momento en el templo, que afecta a un altar completo y dispone de un presupuesto de 9.000 euros. Se trata del retablo de San José, realizado en el siglo XVIII y "en serio peligro de caerse", como aseguran el presidente del colectivo, Fernando Javier Costas Goberna, y la restauradora Cristina Cabodevila, que dirige la actuación.

Un equipo de seis alumnos de la Escuela Superior de Conservación y Restauración de de Bienes Culturales de Galicia trabaja ya en el interior de la iglesia a las órdenes de la profesional, que tilda los daños en la talla de "bastante graves". Aunque apenas presentaba afección por ataque de insectos xilófagos, la pieza sí ha sido víctima de la acción de la humedad. "Parte de los ensamblajes se han perdido y otros se encuentran muy oxidados. El conjunto podía venirse abajo con solo apoyarse en él", explica Cabodevila.

Tras desmontarlo y desinsectar cada pieza, los restauradores se emplean ahora en la limpieza del retablo, cuyas imágenes ya habían sido retiradas por el riesgo de desplome. Una vez terminen con esta fase, consolidarán la madera, fijarán la policromía, reintegrarán los ensamblajes, sellarán las grietas y fisuras y, finalmente, volverán a montarlo y a colocarlo en su sitio, el lateral izquierdo del templo.

Un paso en una carrera de fondo

El proyecto supone "un paso más en una carrera de fondo", señala Costas Goberna. Y es que Acamo todavía tiene muchas iniciativas pendientes en la iglesia monacal, aún muy dañada. El más inmediato será la recuperación de los frescos, "atacados por las sales". A largo plazo, se plantea la rehabilitación total de la cubierta principal, "con desconchados y problemas de algas" y las ventanas de la sacristía, la primitiva sala capitular del templo, también abandonada Tendrán que esperar asimismo las numerosas imágenes almacenadas en un desván del inmueble, junto a mobiliario de la época de esplendor del monasterio.

Pero no todo son esperas para los miembros de esta asociación cultural con vocación de ONG. También han rebasado alguna meta. Gracias a sus actividades, como las rutas guiadas por el monasterio o los conciertos, han recaudado pequeñas cantidades que les han permitido recuperar tres candelabros y una cruz del siglo XIX, imágenes, así como varias ventanas y una parte de la cubierta.