Lo que comenzó como una aventura se ha transformado en un problema. Los dos jóvenes de Soutomaior que el pasado día 1 partieron a los lomos de Trinela y La Cordobesa, dos Vespas de los años noventa recién restauradas, lograron el domingo su objetivo de llegar a Roma, donde ahora se encuentran. Aunque no precisamente de turismo. El esfuerzo sometido a sus viejas mecánicas ha tenido como consecuencias importantes averías. La primera les obligó a dejar una de las motos en Zaragoza, y la segunda, se produjo a las puertas de la capital italiana. Este contratiempo les ha obligado a pasar los últimos días recorriendo talleres para ver si consiguen reparar el "scooter" para regresar.

"Ha sido una experiencia muy interesante, lo tomamos como un reto personal y lo hemos logrado, aunque ahora estamos preocupados porque no sabemos como resolver la situación en la que nos encontramos", explica Hugo en referencia a la avería de su moto. "No tenemos ni piezas, ni tiempo, y en los talleres nos piden un montón de dinero, así que nos estamos planteando dejar la moto aquí y regresar en avión, y ya volveremos más adelante a recogerla", indica.

Aunque finalmente no consiguieron ser recibidos por el Papa, consideran logrado el objetivo de llevar su mensaje de paz al Vaticano. "Ha sido una ruta muy dura y con muchos problemas, aunque eso ya lo sabíamos antes de partir. Todos nos decíamos que estábamos locos y, en cierto sentido, tenían razón. Pero estamos muy satisfechos", afirma.

El propio alcalde de Soutomaior, Agustín Reguera, recibió a los dos motoristas antes de partir para mostrarles el apoyo de toda la corporación municipal durante las duras jornadas de viaje que les esperaban y agradecerles que llevasen el nombre de Soutomaior por Europa.

Ataviados con un mínimo equipaje, poco más que una tienda de campaña, un saco de dormir, una mochila de ropa y una caja de herramientas, los dos jóvenes han ido narrando cada jornada de su viaje a través de la página de Facebook Vuelta a Europa de H. Así, sus familiares y amigos han podido compartir con ellos esta aventura que todavía no tiene final.