Un vecino de Covelo, T.B.R., de 40 años, fue detenido por la Policía Local de Ponteareas el pasado viernes, 16 de mayo, por grabar con su teléfono móvil debajo de la falda de las mujeres cuando estas caminaban por la calle.

Para hacerlo sin ser descubierto utilizaba un bolso de mano en el que colocaba su teléfono móvil enfocando hacia arriba con la aplicación de cámara de vídeo activada. Cuando veía que se acercaba una mujer que llevaba falda, caminaba detrás de ella, arrimando disimuladamente el bolso a sus piernas para recoger imágenes de su ropa interior y de sus nalgas.

El hombre fue detenido como imputado por un delito contra la intimidad de las personas y el fiscal pidió condena para él. Sin embargo, en el juicio rápido celebrado este martes, la juez consideró que se trataba de una falta y no de un delito, ya que en los vídeos no se ve dañada la imagen de las mujeres ya que no se les puede identificar al no vérseles la cara. El detenido está ahora pendiente de sentencia.

Este vecino de Covelo realizó esta maniobra al menos en dos puntos de Ponteareas. Fue visto en las inmediaciones de un supermercado de la Avenida Castelao, en el centro de Ponteareas, y más tarde en la plaza del Agente Comercial, donde fue detenido.

Esta misma acción había sido efectuada también en Pontereas por otro hombre hace aproximadamente un año. En aquella ocasión, había sido una comerciante de la villa la que había denunciado lo ocurrido, al ver que un hombre colocaba directamente el teléfono móvil debajo de la falda de las mujeres sin que ellas se diesen cuenta.

Las fuerzas de seguridad advierten que estos individuos suelen actuar sin que las víctimas se den cuenta, cuando caminan o mientras hacen cola para ser atendidas. De hecho, varios individuos han sido detenidos tras realizar esta práctica en supermercados de distintos puntos del país, aprovechando que las mujeres están de espalda cogiendo los productos de las estanterías y ser captados por las cámaras de seguridad.

Los agentes advierten que, al margen de una actitud pervertida de sus autores, en muchas ocasiones el destino de estas imágenes es internet. Las cuelgan, con ánimo de lucro, en páginas de contenido sexual.

De hecho, se registran casos de mujeres que hacen topless en la playa y han visto sus fotografías en este tipo de páginas web sin que ellas hayan dado su consentimiento.