La alarma de los cables-trampa regresa a los montes miñoranos. Cinco meses después del hallazgo de varios obstáculos similares en pistas forestales de Oia, un nuevo cordón de acero trenzado ha causado un incidente a un ciclista en Morgadáns, en un vial próximo al circuito de cross de Dagán. La Guardia Civil investiga el asunto ante el grave riesgo que suponen estos escollos para ciclistas, motoristas o pilotos de quads, ya que una colisión puede provocarles heridas graves, e incluso la muerte, si circulan a una velocidad considerable.

La víctima del accidente ocurrido el pasado jueves en los montes gondomareños apenas registró consecuencias a causa del impacto porque "iba muy despacio". El cable le golpeó el pecho y lo frenó en seco, por lo que se cayó de la bicicleta, según relató. El cordón se encontraba atado a dos árboles a 1,70 metros respecto al suelo. Una altura que podría haber alcanzado el cuello de cualquiera.

El joven, que realizaba una ruta entre Nigrán y Gondomar, practicaba deporte por un camino de unos cuatro metros de ancho. Tras la caída, tomó fotografías del cable, ya desprendido a causa del impacto, a unos 1,20 metros de altura, e interpuso una denuncia ante la Guardia Civil de Gondomar.

Los agentes retomaron la investigación abierta el pasado noviembre, a raíz del hallazgo de cables parecidos en espacios forestales del municipio de Oia. Numerosos aficionados a los deportes de monte se hicieron eco entonces de la peligrosidad del asunto a través de las redes sociales. El agente forestal de la zona, Antonio Pimentel, recorrió todo el entorno para eliminar todas las trampas. Ayer mismo confirmó que la zona se encuentra totalmente libre de obstáculos.

Inicialmente se apuntó a la hipótesis de que los cordones metálicos se hubiesen colocado para cortar el paso al ganado salvaje, pero no se descarta que hayan sido atados con la intención de causar daños personales.