Una asociación que había nacido con buen pie y que bajo el nombre de ARCO llegó a agrupar a unos 70 socios y socias artesanos, ha entrado en crisis. El pasado viernes un grupo de asociadas o vinculadas a la asociación que no están de acuerdo con las cuentas pretendió asistir a la asamblea convocada por la directiva. Solamente dos o tres de las asistentes habían recibido la convocatoria.

Llegada la hora de inicio de la reunión, donde se iban a ver las cuentas, tras una breve conversación con la presidenta Romy Ottaviani, se confirmó la negativa de esta de permitirles la entrada "por el alboroto que montaron en la última", dijo, y a su vez las artesanas permanecieron firmes en el lugar.

En la sede de ARCO se presentaron dos agentes de la Guardia Civil, a quien había llamado la presidenta. Consultaron documentación y se brindaron a permanecer en el local durante la celebración de la asamblea, pero la presidenta se negó y cerró la puerta con llave. "Se cancela la reunión. Se convocará otro día", dijo en alto.

Las artesanas asistentes consideran que "las cuentas que nos presentan no están cuadradas", no se aportan recibos ni tickets de los gastos. Hay críticas sobre el trato "despectivo" que recibieron algunas por parte de la presidenta, que cuestiona su profesionalidad. Algunas artesanas no están al corriente de pago de la cuota anual de 30 euros porque, dicen, "la presidenta no nos lo permite".

Ottaviani, preguntada sobre el caso, solo dijo que las cuentas ya están corregidas y manifestó su intención de dejar paso a una nueva directiva después de unos trámites. Una artesana presentó denuncia con parte de lesiones al resultar dañada por la puerta que cerró Ottaviani para que no entrase.