El caudal del río Tea ha decrecido facilitando la pesca de lamprea, ya que cuando empezó la temporada el pasado 20 de enero, el río llevaba demasiada agua y resultaba imposible visualizar ejemplares.

Ahora que el nivel es más bajo, los pescadores del Tea se enfrentan a un nuevo problema: la tonalidad verde que adquiere el agua a distintas horas cuando están de pesca. "A veces si esperamos un par de horas la mancha se va, pero otras veces no se quita y es una noche de pesca perdida", se lamenta José Manuel González, un ponteareano que lleva 12 años dedicándose a la pesca de lamprea. "No es algo nuevo, el año pasado ya pasó lo mismo, avisamos al Seprona, pero sigue sucediendo", relata José Manuel, que enseña a pescar este año a sus tres compañeros de estacada.

Agentes medioambientales explican que esa suciedad se produce cuando llueve y procede de los restos de las canteras próximas. Los materiales graníticos son arrastrados al río Xinzo y de este al Tea. Los técnicos de Medio Ambiente explican que no se trata de algo nuevo que solo se produzca en la temporada de pesca, pero los pescadores solo lo perciben en los meses que acuden al río. Además, descartan que se trate de un vertido ilegal de alguna empresa aledaña.

Robos de material

El agua sucia no es el único problema con el que se encuentran los pescadores del Tea. Además, se enfrentan a robos de material. "Nos robaron 80 metros de manga de luz", comenta el pescador que ha perdido noches de pesca por falta de iluminación. La estructura de hierro o madera sobre la que se colocan en el río, bombillas o el cableado son materiales que expuestos a los ladrones durante las horas del día, en las que ellos no están, porque solo pueden pescar de 21.00 a 8.00 horas.

"No podemos estar retirando todo y volver a colocarlo de nuevo cada día porque requiere mucho trabajo", señala el pescador y propietario del bar O Tugurio, de Ponteareas.

El permiso para poder pescar toda la temporada le cuesta a cada grupo de cuatro pescadores 344 euros, y además cada uno debe abonar 18 euros de licencia. A mayores, deben invertir dinero en bombillas y otro material perecedero que hay que renovar cada año. "Esto es como un vicio. Lo que intentamos es pescar las lampreas suficientes para cubrir gastos", relata José Manuel González, quien considera que esta es una temporada de abundantes lampreas.