Dos años después de su primera visita a Ponteareas para recoger la gaita que había encargado, exactamente igual a la de Carlos Núñez, el japonés Yuki Kojima regresó recientemente al taller de instrumentos de los hermanos Gil, José Manuel y Alfonso, en Ponteareas.

Vino para llevarse un "punteiro" afinable y para poner a punto su gaita, una pieza exclusiva valorada en 5.000 euros. "Nos contó que en Tokio pasan de un invierno de muchísimo frío a mucho calor y esos cambios bruscos le afectan a la afinación de la gaita, por eso vino aquí a pasarle una especie de ITV" relata José Manuel Gil, quien le recomendó un "punteiro" afinable, patentado por el lucense Lis Latas, artesano y dueño del taller de gaitas Lis.

Esta vez, Yuki, de 28 años, vino acompañado de su novia Miyu, de 25 años, y el viaje incluyó pedida de mano. Después de hacer juntos el Camino de Santiago desde Sarria, delante de la catedral de Santiago, y tras tocar su amada gaita, Yuki se arrodilló y le pidió matrimonio a su chica entregándole un anillo de oro. Ella aceptó.

Yuki es profesor de gaita gallega de una docena de alumnos en Tokio y, además,es músico callejero. Ella es payaso y actúa en la calle, tras haberse formado en Estados Unidos. A ambos les gusta la música tradicional gallega, por eso han regresado al país nipón con la idea de crear un grupo folk. Miyu se compró aquí dos panderetas y durante su estancia en Ponteareas incluso recibió algunas clases, que ahora tendrá que continuar por su cuenta.

En su estancia en Ponteareas visitaron el castillo de Sobroso, tomaron las aguas en Mondariz Balneario y probaron la gastronomía local.