Nos dejó Picho, como popularmente conocíamos al funcionario y secretario en funciones del Concello de Salvaterra, Xosé Alberte Suárez Lage. Pegado a la tierra, de él pueden decirse muchas cosas, pero hay una que destaca: era un extraordinario funcionario público y en su escala de valores, el ciudadano estaba en primer lugar. En este sentido la Administración municipal con él fue más cercana, en la génesis de lo que debe ser. Para Picho, no había horarios, no importaba si era por la mañana o por la tarde o fin de semana, anteponía siempre los intereses públicos a los suyos personales.

Hijo del barquero, tuvo una gran vinculación siempre con el río Miño y fue uno de los impulsores de la Sociedade Sportiva e Cultural do Condado, promotora del Festival da Poesía.

Sin Picho, Salvaterra se nos va antojar distinta.

*Funcionario en excedencia y teniente de alcalde de Salvaterra