La espera mereció la pena. El sol lució al fin en el Val Miñor y miles de personas se echaron a las calles para celebrar actos del Carnaval. El Miércoles de Ceniza cumplió su cita con la sardina, que fue llorada y quemada en Nigrán, Gondomar y Baiona. En la villa real se festejó el Entroido de una tacada, al llevar a cabo inmediatamente antes el desfile-concurso que se suspendió el martes por la lluvia.

Con quince comparsas participantes, el jurado premió a las de Mañufe -con espectaculares disfraces de animales marinos-, a la escuela local de baile "Marcando Pasos" -que representó una alegoría marinera de ritmos latinos- y a Os Terribles de Tebra -un imposible juego de café, con sus cucharillas, tazas e incluso una humeante cafetera-.

Las risas y el baile fueron una constante desde primera hora de la tarde. Ante mucho público disfrazado, desde Santa Marta hasta el Parador fueron pasando arlequines, cisnes, marionetas y animales de todo tipo: no solo los percebes, langostas, ostras y medusas de Mañufe, sino también ardillas, ratones y pollos. Hubo propuestas tan originales como las "Cuatro estaciones" de Chaín y "Chinataw" de Vincios. Entre las más divertidas, la de Os Tenebrosos de Couso, un cortejo fúnebre del "Estado Social".

Sin tiempo para quitarse el maquillaje, Baiona acompañó a la Sardina hasta su incineración en la playa de Ribeira.

En Nigrán, casi un millar de personas entre charangas, desconsoladas viudas, mayores y niños disfrazados y de calle celebraron el Entierro de la Sardina. La comitiva fúnebre partió a las 19.00 horas de A Ramallosa, para acompañar entre risas y llantos los últimos minutos del pescado. Sin embargo, Nigrán aún tendrá Carnaval el domingo, día en el que celebrará su concurso de comparsas, a partir de las 17 horas en Playa América. En Gondomar tampoco se acaba el Entroido: el tradicional desfile será mañana viernes desde las 21 horas.