El Servicio de Conservación da Natureza de la Consellería do Medio Rural e do Mar y el Concello de Gondomar tratan de esclarecer la procedencia de las toneladas de escombros acumuladas en la ribera del río Zamáns junto al puente de Pego Negro. El concejal de Medio Ambiente, Juan Carlos González Camesella confirmó ayer que existen "indicios" de que los cascotes son resultado del reciente derribo de la conocida como "casa del emigrante", una obra que ejecuta la Diputación de Pontevedra en el marco de un proyecto para acabar con las constantes inundaciones en el Centro de Desenvolvemento Local (CDL).

El edil nacionalista no adscrito Antonio Araúxo denunció ayer ante el Concello y el Seprona la acumulación de residuos de obra, pero González Camesella aseguró que el departamento de Urbanismo gondomareño abrió un expediente por el asunto hace una semana. Asimismo, el gobierno municipal dio traslado del caso a la Xunta y ambas administraciones colaboran para dar con el infractor y aplicarle la correspondiente sanción.

Aunque el concejal recalca que las sospechas acerca de la procedencia de los escombros son fundadas, apunta también que no será posible determinar quién es el autor del "atentado ecológico" hasta que concluya la investigación. Para ello, explicó, se analizan los desechos y se solicita a la empresa contratada por el organismo provincial los albaranes de entrega de residuos al gestor autorizado para comprobar si las cantidades concuerdan con las previsiones del proyecto de demolición.

La empresa lo niega

Narom S.L., una firma con domicilio en Porriño, es la encargada de llevar a cabo los trabajos con un presupuesto de 99.404 euros. El edil afirma que sus responsables niegan haber depositado los escombros junto al río Zamáns e indica que la Diputación está informada del asunto. "Sería gravísimo si se confirmase que ha sido esta empresa la que ha depositado los escombros. Habría que exigir al gobierno provincial que tome medidas", recalca.

La zona en que se ubica el vertido destaca por su riqueza ecológica y paisajística. No obstante, es uno de los puntos negros de vertidos incontrolados del municipio, según señala González Camesella, quien insiste en la necesidad de perseguir estas prácticas para erradicarlas y garantizar el cuidado del entorno natural.