El jamón es el símbolo de A Cañiza pero, desde hace algo más de un año, la localidad cuenta con otro destacado referente porcino: el cerdo celta.

Primero fue un particular y después la Comunidad de Montes de Petán continuó su senda. Lleva desde marzo de 2012 criando cerdos en su propia explotación. Para ello, ha llegado a un acuerdo con propietarios de parcelas colindantes, y a cambio de mantenérselas limpias de maleza, pastan en ellas sus cerdos. Comen bellotas, castañas y raíces, que después dos trabajadores contratados por la comunidad de montes, completan con cereales.

En total son 90 hectáreas, divididas en seis parcelas en las que crían, actualmente, a 15 reproductoras, un macho, 64 cerdos de ocho meses y 53 de entre uno y tres meses. "Las cerdas paren cada cuatro meses y de momento apenas hay bajas, es una raza que se adapta muy bien al entorno, es muy duro", apunta José Antonio Castiñeiras.

No obstante, su objetivo es ampliar su explotación, con la intención de llegar a gestionar ellos mismos la comercialización, un paso que actualmente hacen a través de la Asociación de Criadores de Ganado Porcino Celta (Asoporcel).

Al ser cría extensiva, al aire libre en lugar de en granja, es una carne más valorada. A los comuneros les pagan a 3 ó 3,50 euros el kilo, mientras que la raza blanca se paga a un euro el kilo, aproximadamente.

Creen que es un negocio con futuro y su explotación, con 1.200 parcelas de particulares, es, según aseguran, la más importante de Galicia junto con la de Beariz, en Ourense. "No hay suficiente producción para atender toda la demanda existente en Galicia, por eso tampoco podemos cubrir la alta demanda que llega de otros países del mundo", comenta Castiñeiras.

El éxito de su sabor se debe a que "carga más de grasa pero esta es infiltrada en el magro y, por eso, es tan sabrosa, se parece más al ibérico", explica el presidente de los comuneros de Petán.