Rogelio Groba (Ponteareas, 1930) guarda perfectamente ordenadas y catalogadas dentro de su casa de Ponteareas unas 700 obras de música clásica. Hay cinco óperas, 7 sinfonías, 10 cantatas, 19 conciertos, misas, pasodobles... Un legado que pretende que se quede en Ponteareas .

- ¿Ha logrado conservar toda su obra?

- Sí. Son 25.000 folios de partituras y unas cien horas de música.

- Ha creado una Fundación para su conservación? ¿qué espera de la misma?

- Yo creé la Fundación consciente de lo que es Galicia, porque tiene un antecedente que es una vergüenza para nosotros: las obras de Martín Codax no están en Galicia? Yo hice la Fundación para digitalizar mi obra, quería darle esto a Ponteareas. Es un patrimonio musical que no tiene ninguna villa ni ciudad gallega.

-¿Existen recursos suficientes para que la Fundación pueda funcionar?

- En estos momentos, no. La Fundación seguirá si encuentra la protección suficiente. Si no, tendrá que cerrar.

- Es muy duro lo que dice.

- Sí que lo es, pero yo ya hice lo que tenía que hacer, no soy rico y no puedo mantenerla.

- ¿Le propusieron como sitio ideal la Cidade da Cultura?

- No hubo ninguna propuesta formal. En algún momento existió una indicación superficial de que les gustaría tener ahí este patrimonio.

- ¿Y usted estaría dispuesto a dejar su obra íntegramente en la Cidade da Cultura?

- Sí, estoy dispuesto pero lo mejor sería que se quedase aquí. Ponteareas puede hacer mucho. Yo ya hice lo más importante, que fue la obra artística.

- Hay ahora 700 obras y puede haber más, pues usted sigue componiendo.

- Sí, compongo, pero la verdad es que llevo unos meses ralentizando mi actividad creativa porque me siento algo cansado? Los 83 años y a punto de cumplir los 84 ya están pasando factura.

- Pero se le ve muy bien.

- No me quejo de la naturaleza.

- ¿Ha notado alguna diferencia a cómo compone ahora y cómo lo hizo antes?

- Básicamente no. Hay tres fases: la primera es aceptar la idea que me surge, lo segundo es si el contenido de la idea tiene respuesta por el subconsciente y la tercera fase es escribirla, que es la más dura físicamente.

- ¿Ha compuesto alguna vez por encargo?

- Tuve muchos encargos pero que no acepté porque si no me identifico con el contenido de lo que me piden los rechazo. A veces incluso me disgusta tener que decir que no, pero el subconsciente no acepta encargos.

- En su obra hay una constante referencia a localidades gallegas?

- Sí. En mi obra hay numerosas referencias a localidades. Son evocaciones de momentos vividos. Toda mi obra está marcada por una substancia gallega, eso sale o no sale. Son cosas de la naturaleza.

- ¿En qué época del año compone más?

- En primavera, es la época más fecunda porque despierta la naturaleza.

- ¿Cuál fue su primera composición?

- Un corrido mejicano que se llamaba "O candil" porque en aquel momento estaban de moda. De hecho, en Ponteareas actuó Jorge Negrete y fuimos a verlo al Cine Colón. Aunque mi primera obra catalogada fue un pasodoble que ahora se llama "Festa no adro", que modifiqué varias veces.

- Posee cinco óperas, entre ellas "Divinas Palabras".

- Sí. Esta la hice porque cuando leí la obra de Valle Inclán me encontré con un contenido que yo había vivido cuando dirigí la banda de Guláns durante cuatro años.

- ¿Qué piensa del homenaje que le preparan en su tierra?

- Es para mí una gran satisfacción ser homenajeado por mi propio pueblo. Le estoy muy agradecido porque aquí comencé mi vida musical el tercer domingo de agosto de 1943, actuando como flautín solista de la Banda de Música "La Unión" de Guláns. Aún está en mi mente la resonancia de los aplausos aquellos? Y ahora setenta años después. Pues ya verá usted cómo me siento.

- ¿Cómo fue aquel momento?

- Fue en el barrio de San Roque, con motivo de la fiesta. Era un escenario de madera y me acuerdo de que me pusieron una caja de gaseosas para que se viera, porque yo, con trece años, era muy pequeño.