Pocos pudieron resistirse ayer a la extraordinaria oferta gastronómica de Viladesuso, en Oia. Unos ante el apetecible olor a mar que desprendían las cazuelas y otros por el imbatible precio de 10 euros al que la organización de la Festa do Percebe vendió las 2.500 raciones disponibles de este preciado crustáceo.

Las colas para adquirir los platos de marisco comenzaron a formarse en torno al mediodía, tras el pregón de la fiesta que leyó el exciclista ponteareano Álvaro Pino, invitado de honor de la cita gastronómica, quien alabó la cualidades del producto y apoyó con su presencia la iniciativa de los vecinos, a quienes quiso acompañar durante la jornada festiva.

Mientras, con las ollas en ebullición y a buen ritmo, los encargados de la cocina sacaron en su punto las raciones de percebe conforme iban recibiendo los pedidos de las raciones, que sin duda cumplieron las expectativas de los más exigentes.

La carpa instalada para la ocasión en la parroquia oiense vivió así un constante trajín de platos, en los que, además del producto estrella, los comensales degustaron raciones de empanada, callos, chipirones y pulpo, todo ello regado con vinos de la zona a un precio económico.

Tampoco faltó la música, en esta ocasión a cargo de la charanga Nova Cubana, de la parroquia vecina de Mougás. Sus ritmos populares contribuyeron a crear un ambiente festivo y de camaradería que se prolongó hasta la noche.

Viladesuso, que ya el miércoles inició los festejos con una gran churrascada, culminó así su tributo anual al mar y su principal tesoro de roca con la mirada puesta ya en la próxima edición.